ᚨᚾ᛫ᛖᛏᛖ‍ᚱᚾᚨᛚ᛫ᛚᛟᚹ︍ᛖ

Ragnar y Athelstan se habían vuelto amigos con el pasar del tiempo, lo que inició como una convivencia entre un esclavo y su amo, con el pasar de los días se volvió en algo más y ambos empezaron a tener una cercanía que nunca creyeron tener.
En un principio, Athelstan había sido educado para ser un monje Cristiano y Ragnar desconocía esas creencias. Pero, después de que Athelstan viajará a las tierras de los Vikingos y se enamorará del estilo pagano que había en Kattegat, dejó su vida como monje y se convirtió en uno de ellos. Aunque para la mente de Athelstan, a veces a pesar de su conversión, nunca en su corazón perdió el amor a la religión cristiana y eso le hacía dudar y sufrir con algunas pesadillas.

🌻

Un día Ragnar con muchos Vikingos, habían salido para ir a Wessex, ya que iban a tener una batalla importante, era hora de ir contra el rey Ecbert y la batalla iba a decidir el futuro para ambas civilizaciones. Para sorpresa de Athelstan, Ragnar le había dado la orden de que se quedará en Kattegat, pues Ragnar no quería que su querido amigo falleciera o le pasará algo, ya que casi lo había perdido antes y no quería arriesgarse a que eso sucediera nuevamente.
Ellos ya habían tenido batallas juntos anteriormente, pero el Vikingo sentía que lo correcto en esos momentos era dejar a su amigo en casa y así sucedió, así que lo último que Ragnar hizo fue acariciar las mejillas de su amigo y darle un beso en la frente, antes de poder irse.

Luego de unos días, Ragnar regresó a casa triunfante y con su orgullo hinchado por la victoria, y para él se sentía un gran alivio volver a su hogar. Athelstan emocionado de verle, corrió hacia él con una gran sonrisa y lo felicitó por su triunfo.

"¡Bienvenido, Ragnar!", dijo Athelstan emocionado.

"Hola, Athelstan", respondió Ragnar, él estaba cansado pero a pesar de eso, sonrió ampliamente.

🌻

Después de que todos se establecieran en sus casas y ayudarán a los heridos, hubo esa tarde un gran festín con mucha comida.
Era un gran logró para los Vikingos esa victoria, y un festejo por haber ganado es lo que todos necesitaban.

Ragnar estaba orgulloso de haber logrado ganar, pero en estos instantes solo podía enfocarse en Athelstan y la sonrisa de sus labios.
El corazón del Vikingo latía a mil y sabía la razón, así que con valor se acercó más a su amigo y le susurró algo en uno de sus oídos.

"Hay algo que debo decirte,
¿Podemos ir a otro lugar?"

Athelstan aceptó al escucharlo y ambos salieron de allí. Ellos se fueron hasta un árbol, pero Ragnar estaba algo nervioso y Athelstan pudo notarlo fácilmente por su lenguaje corporal.

"¿Qué es lo que necesitas decirme?"

Se atrevió Athelstan a preguntar para animar a su amigo a qué hablará, al parecer la iniciativa por parte de él habia funcionado y ahora Ragnar se estaba preparando para hablar.

"Athelstan, desde hace mucho tiempo he sentido algo por ti y es algo que nunca había sentido antes. Sé que antes amé a Lagertha, pero lo que siento por ti es diferente y sé que tal vez no es común esto para ti, pero... Te amo"

Athelstan quedó sorprendido y en silencio por un momento, antes de responder tímidamente
"Yo también te amo, Ragnar"

Ragnar no podía creerlo, pero ambos se abrazaron, ellos dos estaban felices y emocionados, y en aquella bella noche, Ragnar llevó a su amado Athelstan hasta una cabaña. Él le contó que ese lugar era para ellos dos solamente y que ningún Dios estaba invitado a estar allí, solo el amor de ellos.
Así que el resto de la noche, ellos se fueron a dormir, no sin antes haberse dado algunos besos de buenas noches y explorar sus pieles por primera vez, fue una noche especial para ambos y llena de mucha intimidad.