Capitulo 3

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Apartado 3

Lorelai, sin otra opción, se levanta y camina con aquel susodicho que decía llamarse su tío.
No hablaron, no dijeron nada, y la actitud arrogante y déspota que refleja su tío en todo lo que hacía, estaba apagada o, mejor dicho, hasta él mismo sabía, que los cosas cambiarían para bien o para mal, y esa arrogancia digna de un Rey de la Muerte, no era necesaria para un escenario tanto como hostil y apesadumbrado cómo lo era aquel mundo, que hace mucho no visitaba: el mundo de los sentimientos.
Lorelai, vivió esos pocos días como nunca antes, su tío la trataba bien, tenía un techo
seguro en el cual dormir, tenía comida de sobra y sobretodo libros, muchos libros.
A la edad de 3 años Lorelai, había hecho muchas cosas que no eran bien aceptadas por la época, ni mucho menos que las realizará una niña normal, por lo que Lorelai, desde hace mucho tiempo trato de no depender de sus padres y salir al mundo por sí sola, aunque siempre buscará consuelo y cariño, en su padre, y sobretodo su guía para poder comprender el mundo, y con ello, el lado bueno y malo de las personas
Su padre nunca se encontraba en casa y su madre, se la pasaba en la puerta recibiendo a distintos hombres de alta alcurnia. Lorelai, en una noche de gritos raros, y silencio sepulcral, conoció a su único mejor amigo, Mark, él la estaba molestando por ser baja, pero Lorelai sin tenerle ningún apéndice de miedo, le dijo:
— Déjame en paz, inútil con capacidad neuronal baja—y para complementar sus palabras, le arrojó una piedra en la cabeza, acertando siempre acertando.
Él quedó impactado por la acción de esa niña de baja estatura, sabiendo que ella le daría
un cambio a su vida, por esa paz y amabilidad que refleja en esos ojos violetas oscuros, que ocultaban más de lo que decían.

Los Elegidos de la Muerte - Eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora