Capítulo 2: la primera interacción y la ultima

1.4K 72 46
                                    


Después de que Akaza leyera el diario de Rengoku, comenzó a hacer más preguntas sobre él. Intentaba aprender todo lo que podía sobre su vida y sus intereses, incluso aunque sabía que no podían estar juntos. Incluso empezó a seguir sus misiones de caza de demonios, solo para verlo desde lejos.

Rengoku, por su parte, se encontraba cada vez más distraído durante sus misiones. Su mente estaba constantemente pensando en Akaza, lo que lo llevó a cometer un error en su última caza. Esto casi le costó la vida, y fue entonces cuando se dio cuenta de que no podía permitirse distraerse de su trabajo como cazador de demonios.

Pero a pesar de sus mejores esfuerzos, Rengoku seguía pensando en Akaza. No podía entender por qué estaba sintiendo estas cosas por un demonio, pero era algo que no podía sacarse de la cabeza.

Un día, después de completar una caza de demonios, Rengoku se encontró con Akaza en un callejón. Fue un encuentro inesperado, y ambos se quedaron en silencio por un momento, sin saber qué decir.

Finalmente, fue Akaza quien habló primero. "Lo siento por haber leído tu diario", dijo en voz baja. "No fue mi intención invadir tu privacidad".

Rengoku se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Akaza acababa de decir. "¿Por qué lo hiciste?" preguntó finalmente.

Akaza se encogió de hombros. "No lo sé", dijo. "Solo estaba curioso, supongo".

Hubo un momento de silencio incómodo, antes de que Rengoku finalmente hablara. "¿Por qué no podemos estar juntos?" preguntó, sabiendo que era una pregunta tonta.

Akaza suspiró. "Sabes por qué", dijo. "Soy un demonio, tú eres un cazador de demonios. Estamos en lados opuestos de una guerra que nunca terminará".

Rengoku asintió, sabiendo que tenía razón. "Lo sé", dijo. "Pero no puedo evitar sentir lo que siento".

Hubo otro momento de silencio antes de que Akaza hablara de nuevo. "¿Puedo preguntarte algo?" dijo.

Rengoku asintió, curioso.

"¿Por qué te sientes atraído por mí?" preguntó Akaza.

Rengoku se quedó en silencio por un momento, intentando encontrar las palabras adecuadas. "No lo sé", dijo finalmente. "Hay algo en ti que me atrae, a pesar de todo".

Akaza asintió, pareciendo profundamente afectado por las palabras de Rengoku. "Lo entiendo", dijo finalmente. "Hay algo en ti que también me atrae".

Los dos hombres se quedaron en silencio durante un momento más antes de despedirse. Sabían que no podían estar juntos, pero a pesar de todo, se sentían atraídos el uno por el otro. Era un amor imposible, pero no podían evitar sentir lo que sentían.

En los días siguientes, Rengoku y Akaza continuaron encontrándose en secreto, compartiendo momentos fugaces pero intensos juntos. Rengoku sabía que estaba arriesgando su carrera y su vida al estar involucrado con un demonio, pero no podía evitar sentirse atraído hacia Akaza.

Akaza, por su parte, estaba confundido acerca de sus sentimientos hacia Rengoku. Sabía que era un demonio, y que estaba destinado a estar en guerra con los cazadores de demonios como él. Pero a pesar de todo, sentía una fuerte conexión con Rengoku que no podía explicar.

Un día, durante una misión de caza de demonios, Rengoku se encontró cara a cara con Akaza. Los dos se miraron fijamente, sin saber qué hacer. Rengoku sabía que tenía que cumplir con su deber como cazador de demonios, pero no podía evitar sentirse dividido entre su amor por Akaza y su responsabilidad hacia la humanidad.

Akaza, por otro lado, sabía que su vida estaba en peligro si Rengoku lo atrapaba. Pero no podía evitar sentirse atraído hacia él, incluso en un momento tan peligroso.

Finalmente, Rengoku tomó una decisión. Sabía que tenía que elegir entre su amor por Akaza y su deber como cazador de demonios. Decidió dejar ir a Akaza y cumplir con su deber, sin importar lo difícil que fuera.

Akaza lo miró con tristeza mientras se alejaba. Sabía que nunca volvería a ver a Rengoku, y que su amor era imposible.

En los días siguientes, Rengoku se dedicó completamente a su trabajo como cazador de demonios. Aunque nunca olvidaría a Akaza, sabía que tenía que seguir adelante con su vida.

Akaza, por su parte, continuó luchando por su lado en la guerra contra los cazadores de demonios. A pesar de todo, nunca olvidaría su amor por Rengoku y la intensidad de sus sentimientos.

El amor entre Rengoku y Akaza era imposible, pero eso no lo hacía menos real o menos intenso. Aunque nunca podrían estar juntos, siempre se recordarían el uno al otro con cariño y afecto.

Kimetsu no Yaiba: Rengoku x AkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora