Parte Única

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Habiendo obtenido la aprobación de los líderes, los cultivadores, dirigieron sus pasos al área destinada para la cacería, dando inicio a esta.

Luego de un rato de haberse separado del grupo, el Segundo Jade de Gusu, se encontraba algo molesto por la actitud rebelde del chico escarlata, durante las primeras pruebas; así que, susurró para si mismo un «ridículo». Él pensaba, firmemente, que alguien debería disciplinarlo. Es ahí, cuando -mientras, buscaba algún cadáver ambulante- lo descubre dormido sobre un árbol de sauce, rodeado por otros árboles distintos; pero, menos vistosos.

El realmente iba a luchar contra Wuxian; en cambio, verlo allí, con un semblante tan sereno y apacible, lo hizo sentir calor... en sus orejas. Sigiloso, se acercó; de pronto, en su mente se encendió un deseo prohibido por las regulaciones de su secta, el deseo carnal. Sus labios carnosos entre abiertos y su apariencia angelical, le hicieron querer besarlo; pero... ¿Qué estaba pensando? Wei Wuxian era un alfa y su tío lo detestaba por haber hecho a Gusu ponerse de cabeza, cuando hubo estudiado allí. Sin embargo, ese aroma agridulce que desprendía de él, lo estaba volviendo loco. No pudo resistirse, en un ágil salto, aprisionó los brazos del escarlata contra el árbol y le robó un acalorado beso. Cuando Wei Wuxian fue consciente del fuerte aroma a Sándalo y de la situación en la que se encontraba, ya era muy tarde; no lograba seguirle el ritmo a esa apasionada danza con lengua sobre él, su respiración agitada y esa creciente ola de calor sobre su cuerpo le estaban nublado el juicio. No obstante, se detuvo abruptamente. Desconcertado por ello, se quitó la venda de los ojos y buscó por todas partes a la persona culpable de esa situación; mas, solo quedaba el rastro de ese aroma a sándalo. A pesar de que creía sentirlo familiar, no estaba seguro de aquello.

-Esa señorita sí que era fuerte y vivaz -expresó, para bajarse del árbol; situación que no salió muy bien, pues su cuerpo era un manojo de nervios. Caminó siguiendo las sobras del aroma hasta toparse con un ejemplar cultivador, que se encontraba talando árboles con fiereza.

-¡Lan zhan! ¿Qué estás haciendo? ¿Talas árboles para hacer armas de cacería? ¡Wow! Tu aroma es... fuerte. Hueles molesto; pero, también, ex...

-¡Wei Ying! -calló, antes de que terminara su descarada frase.

-Es normal, Lan Zhan. Aunque no entiendo por qué eres tú. Buscaba a una señorita que oliese a sándalo; mas, solo tú estás aquí y yo... -se detuvo al sentir ese calor abrumarlo, de nuevo, y sentir, entre sus piernas, endurecer. Sus extremidades inferiores flaquearon y Lan Wangji, sorprendido, se acercó a evitar su caída.

-¡Wei Ying!

-Gracias Lan Zhan... ¿Sabes? Tenerte cerca me está haciendo sentir muy extraño. Creo que olvidé mi...

-Celo -afirmó el Jade, llevando al muchacho detrás de una gran piedra, rodeada de arbustos, para sentarlo allí. El Segundo Lan iba a ir por ayuda, cuando sus túnicas se vieron forzadas por el agarre del otro joven.

-No te vayas, Hanguang-Jun... -logró decir, sintiendo más calor del habitual, comparado a sus anteriores celos. Así que empezó a desvestirse, cosa que hizo al joven cultivador enrojecer; tanto, como para quitarse su túnica exterior y lanzarsela encima al otro, antes de que pudiera ver algo indebido.

-¡Wei Ying! Desvergonzado, lugar inadecuado. Llamaré a Tío y Hermano.

-Lan Er Gege... No los llames. Acércate y ayúdame... Tengo mucho calor...

El cultivador ejemplar, sintió que su cinta de frente se aflojaba, ¿qué estaba haciendo?, ¿por qué estaba obedeciendo al alfa rebelde? Cierto, un alfa, ¿por qué no podía detenerse?

Wei Wuxian se quitó todas sus túnicas de encima, parecía que estaba ardiendo de fiebre, mas no era eso. Decidió abrigarse con la túnica del Jade, porque no quería estar completamente expuesto, acción que prendió una chispa en el dueño de esta, quien procedió a escanearlo con la mirada. Estaba recostado en la piedra, con sus piernas abiertas y las rodillas un poco elevadas del suelo, su miembro erecto un poco tapado por su mano izquierda sobre este, y una expresión en el rostro de urgente atención. El chico escarlata, tenía su abdomen algo marcado y una cintura relativamente pequeña para ser alfa; debido a esto, el Jade, no podía dejar de admirar la línea de vello creciente, que envolvía hacia el final, la base del miembro del chico -el cual tenía un buen tamaño-. Sin poder contenerse más, el cultivador levantó sus túnicas y soltó la ropa interior de estas. A continuación, aprisionó a Wuxian, obligándolo a lamer sus dedos empezando a masturbar el falo del caliente alfa. Este se estremecía entre sus brazos, sus gemidos eran altos y claros; repitiendo, sin cesar, el nombre del inmaculado alfa que, ahora, no parecía estarlo siendo. Su respiración y pulso estaban sumamente agitados, lo cual le impedía detener sus jadeos.

Mi Alfa Quiere Tu MarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora