—La magia es, como todos habréis podido suponer ya, una fuerza que es capaz de controlarse y aprenderse, aunque únicamente si se tiene el gen que llamamos arcano o gen A. A diferencia de lo que la gente puede pensar, ninguno de los que estamos aquí somos humanos debido a este gen.
>>Al igual que los vampiros, los hombres lobo, los elfos, las hadas y demás criaturas mágicas, los magos y brujas también son de una raza diferente a la humana, ya que somos capaces de generar magia por nuestra cuenta y a medida que crecemos, somos capaces de utilizarla.
Andrew trataba de centrarse en la clase, aunque le era prácticamente imposible. Un dolor punzante en su sien se había presentado hacía un par de minutos, y no era precisamente por las explicaciones de la profesora Feather.
Sentía ira. Rabia. Estaban contenidas, sí, pero eran lo suficientemente fuertes como para que Andrew las notara y se reflejaran en aquella jaqueca que parecía taladrarle el cerebro. Sabía de dónde provenía esa emoción inestable y por eso no quiso mirar, aunque inconscientemente terminó haciéndolo.
De reojo, se fijó en su hermana. Su malestar era tan evidente que el compañero que tenía a la derecha parecía visiblemente incómodo, aunque trataba de no prestarle atención, quizá para no molestarla de más. Ella trataba de tomar apuntes sobre la clase, aunque el chico albino de su izquierda le hablaba de vez en cuando, interrumpiéndola.
Por algún motivo, sabía que el enfado iba dirigido hacia sí mismo. Suponía cuál había sido el problema, pero no quiso indagar demasiado en su mente porque el dolor de cabeza no se lo permitía.
—Señor Massey, le pido que por favor atienda a la clase y deje de molestar a su compañera.
Melinda se relajó al instante y le dedicó una mirada de agradecimiento a la profesora. Andrew notó cómo enseguida el dolor de cabeza disminuyó considerablemente y trató de prestar atención de nuevo a las explicaciones que daba la profesora.
—Como iba diciendo, el gen arcano permite crear magia y controlarla, algo que los humanos jamás podrán hacer, aunque tienen otros métodos para usarla. Todos comprasteis un artilugio o artefacto en Siegen, ¿verdad?
La gran mayoría asintió, Andrew sacó su moneda del bolsillo y la posicionó sobre la mesa. Creía que aquello era una simple tontería, pero por lo visto debía ser lo suficientemente importante como para mencionarlo en la primera clase.
—Bien, dicho artefacto os servirá para canalizar vuestra magia y reservar la que no uséis durante el día. Esto se traduce en que: cuanta más magia tengáis reservada, más hechizos podréis utilizar eventualmente y menos cansados os sentiréis.
Un chico de la segunda fila levantó la mano. Tenía el pelo rizado y muy corto, con la tez morena y una túnica que le quedaba grande.
—Profesora Feather, ¿a qué se refiere con eso último?
—Buena pregunta, Jacobs -la joven profesora le sonrió y se giró para escribir en la pizarra, aunque sin utilizar las manos, puesto que la tiza empezó a dibujar sobre la piedra sin necesidad de que nada la sostuviera-. Digamos que vuestra magia diaria es una jarra llena de agua y que cada hechizo es un vaso que llenáis con el agua de dicha jarra, al final, os habréis bebido los vasos de agua y la jarra quedará vacía, ¿cierto?
>>Gracias a los artefactos mágicos, el agua de la jarra que sobre al final del día la echaremos en un cubo, nuestra jarra volverá a estar llena para cuando amanezca, pero tendremos una reserva de agua en el cubo que podremos ir llenando.
La profesora fue acompañando la explicación con dibujos explicativos en la pizarra, lo que hizo que fuese más fácil de comprender. Andrew tomó apuntes sobre aquello, aunque a su forma, pues tampoco es que fuese muy buen estudiante, quería esforzarse esta vez.
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Escuela de Magia: Alfheim
FantasyLos mellizos Thorn se han criado en un mundo simple, vacío, pero pronto les descubren que son algo más, algo que el mundo conoce como la raza de los "Arcanos", seres que pueden utilizar la magia a voluntad. Como niños que son, deberán de acudir a Al...