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El mayor dejo al rubio en el suelo, en frente de la puerta de madera que cubría la entrada del despacho de su jefe, para que no viera como entraba con el omega en brazos

El ojiazul simplemente al ver qué tocaba el suelo se limito a mirar con el ceño levemente fruncido al ruso que se encontraba frente a el

Le había agrado el pequeño viaje asia el despacho de su padre, pero eso nunca lo admitiría, ¿Y que mejor forma de disimularlo que mostrandose "enojado"?

El peligris se le quedó viendo, esperando a que el menor hiciera alguna acción, pero nada, no hacía nada, solo lo miraba molesto a su ojos

Volkov: Venga porfavor entre, no le diré nada a su padre si lo hace

Gustabo: ¿Cómo se que no me estás engañando? -pregunto con los ojos entre cerrados acercándose levemente más al contrario-

Volkov: No le miento, confíe solo un poco en mi -pidio el alfa para que el ojiazul entrara por su propio pie y por su voluntad en la habitación-

Gustabo: Está bien Volkock, le daré un poco de confianza

Volkov: Es Volkov, no Vol-

Gustabo: Si ya se Volkock -menciono el rubio con gracia, para después entrar en la habitación-

El omega entro a la habitación, encontrandose con dos aromas muy fácil de reconocer para el, el olor a tabaco de su padre y el aroma a cajeta de su hermano de otra madre

Pero no fue lo único que pudo identificar al entrar, sino que también pudo ver a su tía hay, sentada en el lugar donde se suponía que debía de estar Conway

Gustabo: ¿Hola?, ¿Interrumpo algo? -pregunto con ligera vergüenza asia los mayores-

Conway: No Gustabo, necesitamos que está aquí -informo asia el rubio que asintió con su cabeza- toma asiendo

El ojiazul hizo caso a la indicación de su padre, se sentó en la silla que se encontraba en frente del escritorio donde se encontraba sentada la beta pelirroja, justo a un lado del de cresta

El ambiente era un poco tenso, y eso lo podían notar gracias a el ligero aroma más fuerte de su padre

Gustabo: Em...¿Que sucede? -hablo, intentando romper esa tención-

Michelle: Pequeño, tu padre y yo creemos que tú junto con Horacio ya estáis listo para poder entrar al CNI, y trabajar junto a nosotros -informo con un tono dulce y calmado asia el menor-

No era ningún secreto que esa mujer tan temida y respetada era completamente diferente con su pequeño sobrino

Y que si alguien se atrevía a hacerle algo sería capaz de lo que sea por el omega con olor a fresas

Gustabo: ¿Enserio tía? -pregunto con alegría, y su olor lo demostraba, ya que se avía vuelto ligeramente más dulce que antes-

Ese hermoso aroma a fresas dulce inundó las fosas nasales de todos los que se encontraban en la habitación, junto con el olor a cajeta que también se hacía presente

Pero para el ruso simplemente existía el primer aroma, era tan dulce y delicioso que casi lo podía saborear; le encantaba, eso era un echo

Conway: ¿Aceptan?

Gustabo: Por supuesto que sí -confirmo con alegría, con una sonrisa en su rostro-

Horacio: ¡Si!, Gracias papu -menciono el contrario al igual que el rubio-

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Los dos omegas se encontraban en las oficinas del CNI, explorandolas para que se vallan familiarizando con esos pasillos y habitaciones que avía por doquier, sin duda un laberinto

Y no solo iban los dos hermanos, sino que también el ruso se encontraba hay, ya que este tampoco se encontraba familiarizado con esas instalaciones, asi que acompañaba a los menores en su recorrido

Conway les iba mostrando y explicando todo, para que servía está habitación, que tuvieran cuidado hay y más cosas necesarias para poder laburar hay sin perderte, o por lo menos intentarlo

Ya que conocerse de pies a cabeza ese laberinto seria un trabajo complicado pero no imposible

Conway: Y estas habitaciones -dijo mostrando unas habitaciones con un gran ventanal asia el pasillo, dejando ver su interior por completo- son sus oficinas

Horacio: Pero ¿Porque dos están unidas y la otra separada? -pregunto con interés asia el mayor-

Conway: Porque asi es el diseño y punto ¿Alguna dudas más?, No, muy bien háganse líos vosotros solos muñecas -menciono sin ni siquiera dar tiempo a contestar, para empezar a caminar lejos del trio, desapareciendo por el pasillo-

Gustabo: Bueno...yo me pido está -hablo rápidamente para correr y entrar asia la habitación dividida-

El alfa por el otro lado al ver qué los dos hermanos se peleaban por uno de los despacho dividido, tomo la otra mitad de la que avía tomado el rubio, y que al parecer salió ganador de la "pelea"

El de cresta con enfado salio de la habitación, eh iba a entrar para poder proclamar la otra mitad como suya cuando notó a cierto peliplatinado en la silla que se encontraba en esa habitación

Sin ninguna otra alternativa Horacio tuvo que tomar la habitación alejada, que se encontraba del otro lado del pasillo que dividía las habitaciones, dejándolo separado de su hermano

Pero claro eso no fue tan sencillo, de echo Conway tubo que intervenir para que el omega sedieran a irse asia su respectivo lugar de trabajo

Volkov y Gustabo por otro lado se encontraban organizando sus cosas en la habitación compartida que tenían

Gustabo: Joder Volkov, hace rato que me llevabas con mi padre pensé que si me delatarias hijo puta

Volkov: Le dije que me diera un voto de confianza

Gustabo: Ya, agradece que te lo di, que no se lo doy a muchos eh -menciono con una pequeña sonrisa burlona y con un toque de superioridad, dirigida asia el ruso-

Volkov: Vaya, me siento halagado al tener ese privilegio -dijo con gracia, sacándole una risa al omega-

Sin duda la risa de ese rubio era lo más hermoso que avía escuchado en su vida, es lo único que quisiera oír día y noche, y podría hacerlo sin cansarse de escucharla, ya que era perfectamente divida.

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༺𝙴𝚕 𝚘𝚖𝚎𝚐𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚌𝚘𝚖𝚒𝚜𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝚑𝚒𝚎𝚕𝚘༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora