Estoy sufriendo un atentado emocional, mis pulsos caen en coma, mis lágrimas se secan sobre mis pestañas, no quiero dormir, no quiero sufrir, no quiero despertar.
La depresión es la única que me salva de la muerte.
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Estos textos son un cúmulo de sentires, derivadas de la depresión y otros trastornos mentales, conocidos por vulnerar y debilitar emocionalmente la salud mental de las personas.
Estos poemas funestos son un grito de auxilio, una llamada de emergencia al corazón, pero también una compañía, un abrazo un no estás solo, yo te entiendo. Es bien sabido que el arte es una maravillosa manera de drenar el dolor y las aflicciones, y esto es lo que vengo haciendo desde los 14 años, cuando un día de la nada, quería morir con tal de sedar el desaliento de mis lágrimas.
Quiero decirte de todo corazón, que eres muy fuerte y valiente por afrontar tu día a día, estoy segura que no son los medicamentos los que van a sanarte, sino la resiliencia con la que te levantas cada mañana, a enfrentar el mundo.
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