¡PARA!

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Hana estaba muy asustada, pero no solo eso. Estaba muy enfadada con su madre. ¡Básicamente la había dejado a su suerte!. No solo eso, ni siquiera la vino a recoger después de los golpes que el ente le dio,  gracias a Dios, que fue en la pierna, sigue viva. Para nada el enojo se le iba a pasar, ¡está viva porque me socorrieron los de el hotel, que encima pagó con el dinero que encontró por casualidad!, ¿Era eso acaso algo que haría una madre?, desde luego no. Agradeció mucho a Dios seguir viva, después de todo lo que había vivido.
-hija, venga, no te enojes con mamá- dijo con una voz tierna la madre de Hana.
- Una m****, ¡me dejaste a mi suerte!- exclamo casi llorando Hana- ¡no sabes por todo lo que tuve que pasar por tu culpa!- exclamó esta vez ya llorando y enfadada.
Se fue como pudo de la sala, a beber algo para calmarse un poco. Desde luego le afectaba que su madre esté como si nada hubiera pasado. ¿Realmente le quería?, eso le hacía cuestionar sus acciones.
- hija mía, sé que crees que hice eso porque no te quiero, pero cuando sepas la verdad, me lo agradecerás- pensó con tristeza la madre de Hana- mientras Hana estaba bebiendo té 🍵 para calmarse, su madre le llamó para que suba.
-¡NO ENTIENDES QUE ESTOY ENFADADA CONTIGO SEÑORA!- exclamó Hana gritando como si no hubiera un mañana.
-¡deja tu puto enfado em paz, si te llamo es porque te necesito!- grito su madre
- está bien- dice Hana arrepentida- sube los escalones a el cuarto de su madre con cautela, ya que aún estaba débil. Nada más abrir la puerta de el cuarto, su madre rompe en llanto. Hana se preocupa, a pesar de estar enfadada, no dejaba de querer y preocuparse por su madre. Hana abraza a su madre como si no la hubiera visto  por siglos, su madre deja de llorar, por lo que se dispone a hablarle.
- Hija, te pido disculpas por todo lo que he echo, pero déjame explicarme- menciona su madre un poco triste.
-¡no te preocupes!, estás más que perdonada, pero, ¿qué cosa me querías explicar?-contesta alegre Hana.
- Verás hija, para que me entiendas tengo que contarte una pequeña historia- dice la madre de Hana- yo estaba llegando a clases, bastante alegre a decir verdad, había dormido más de lo normal y desayuné panqueques, eso para mi, era más que motivo suficiente para estar de ánimos. Procedo abrir la puerta con energía, cuando mis ojos se posan es un chico, tenia el pelo negro, largo, casi que le  llegaban a los hombros, ojos azules que combinaban con su sudadera azul, la piel clara como la nieve, que hacían la combinación perfecta con sus ojos también, para terminar, unos jeans al estilo calle, color negro. Cuando lo vi, no pude evitar sonrojarme y dedicarle una tímida sonrisa, combinada con un saludo con mi mano. Me dedicó lo mismo.
-¡Mamá!, ¡no te pedí tu historia romántica!-bufó Hana- ¡ve al grano!
-¡Pesada!, ¡después no preguntes nada!- contestó la madre.
- lo siento- dice Hana con todo burlón.
- continuo- agrega la madre- ya sabes como va la cosa, nos hicimos novios y tal, todo muy bonito a decir verdad. Hasta que me doy cuenta de que tú padre me ocultaba algo, yo a toda costa quería saberlo, así que le pregunté. Él asustado, me dijo que le dejara de preguntar tanto, yo no hice caso y le saqué la información que quería, ¿sabes qué fue?-comenta la madre.
-no, ¿qué te dijo?- pregunta curiosa Hana
- me comentó que le había pasado lo mismo que a ti, que toda su descendencia estaba condenada a pasar por eso. Pero solo había una manera de que el espíritu muriera del todo, era que te enfrentaras a él. No era de cualquier manera, si no que te tenía que darte una especie de pócima, para que ella te hiciera el menor daño posible. Después de todo, ese ente es un reflejo de ti.
- ¿QUÉ?, ¿CÓMO QUE UN REFLEJO DE MI?- pregunta Hana gritando.
- Eso que tú habías enfrentado, es otro tú, pero de otra dimensión.
- ¿Y qué hace en nuestra dimensión?- pregunta de nuevo Hana, asustada.
- Solo puede vivir hasta los 12 años sin apoderarse de tu cuerpo- dice histérica la madre.
-¿todos van a pasar por lo mismo que yo?- tirita Hana al preguntarlo.
-No, no todos tienen que tener esa mala suerte de tener que pasar por lo que tú pasaste, ya que solo pueden estar en los cuerpos de la gente que tiene una especie de poder que les hace vivir.
-¿cómo puedo hacer que se valla?- pregunta con más miedo aún.
- Solamente enfrentándola con esta pócima hasta que se muera- dice la madre.
-¿ÓSEA QUE NI SIQUIERA PUEDO IR AL COLEGIO HASTA QUE SE MUERA?- pregunta llorando Hana
-relájate cariño- argumenta su madre, al no poder contradecir la palabra de su hija.
-¿Por qué no puedo ir a otro colegio y esperar a que se muera ahí?-pregunta Hana.
- Porque si no, puede convertirse en otra persona como tú para ir a su cuerpo.
-¿EHH?- exclama Hana sin entender nada.
- Me refiero es que se puede convertir, por ejemplo en mi, para quedarse mi cuerpo en vez del tuyo si no lo enfrentas- contesta su madre

No me deja en paz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora