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Lisandro y Julieta disfrutaban de una tarde tranquila en la playa. El sol brillaba alto, y mientras el rubio se relajaba bajo las expertas manos de la pelirroja, que le daba un masaje improvisado, ambos compartían unas refrescantes caipiriñas. A poca distancia de ellos, Rodrigo y Paulo se enzarzaban en una partida acalorada de UNO. Parecía que cada carta jugada ponía en peligro su amistad, tal era la competitividad entre los dos futbolistas.

Lisandro, que mantenía una actitud despreocupada mientras disfrutaba de los masajes de su amiga, miró hacia el horizonte, notando una figura familiar que se acercaba a la playa.

—Mirá quién vino —le susurró a Julieta, señalando sutilmente hacia Leandro, que acababa de llegar—. La cara de orto que tiene... —añadió con cierta diversión en la voz.

Julieta, que había estado concentrada en los masajes, desvió la mirada hacia donde estaba el recién llegado. Al ver la expresión sombría de Leandro, soltó una risa irónica. 

—Que se joda —respondió sin ningún rastro de compasión—. Podría ser él quien recibiera los masajes, pero la cagó.

—Uy, ahora quiero hacerlo calentar a propósito —dijo con un brillo travieso en los ojos antes de darse la vuelta para encarar a Julieta. —Girate, que ahora te hago masajes yo —le ordenó, sonriendo con picardía.

—Como te gusta el bardo a vos, eh —respondió la pelirroja, aunque no pudo ocultar una sonrisa divertida mientras se acomodaba para darle la espalda.

—A vos también te encanta, no te hagas —replicó Lisandro, comenzando a esparcir un poco de crema por sus manos antes de aplicarla sobre los hombros de su amiga—. Sos re vengativa cuando querés —añadió en tono burlón.

Mientras Lisandro comenzaba a masajearle la espalda, Julieta observaba de reojo el juego de cartas de Rodrigo y Paulo. Algo le llamó la atención.

—Che, ¿no te parece que Paulito está haciendo trampa? —susurró, señalando un par de cartas que el ojiazul tenía disimuladamente escondidas bajo su pierna.

—Rodri también. Se las está guardando donde tiene la birra.

La risa de Julieta resonó en la playa. Se recostó sobre Lisandro, con la cabeza apoyada en su pecho, mientras los dos observaban la jugada de sus amigos, abrazados en un gesto cómplice y despreocupado. Ambos sabían que esa escena sería difícil de ignorar para Leandro, quien seguía sentado más lejos, con una expresión cada vez más dura. Masticaba la bronca mientras tomaba su cerveza, claramente irritado al ver lo cerca que estaban Julieta y Lisandro.

—Vení —susurró el rubio, de repente, levantándose con rapidez y extendiéndole la mano.

—¿A dónde querés ir? —preguntó Julieta, enarcando una ceja con cierta desconfianza, aunque aceptó su mano.

—Voy a hacerlo sufrir un poco más —dijo con una sonrisa traviesa—. Ya que vos te da pena, lo hago yo.

Sin decir más, la guió por la playa, ambos caminando lado a lado, y ella, aunque con algo de duda, lo siguió. De reojo, Julieta pudo notar cómo Leandro no les sacaba la vista de encima, observándolos mientras se alejaban. Cada paso parecía avivar más la tensión en él.

Finalmente, después de unos minutos, llegaron al bar que estaba al otro extremo de la playa. Tomaron asiento en una mesa al aire libre, disfrutando de la vista del mar. Julieta, aunque divertida por el pequeño juego de Lisandro, no podía evitar sentir una mezcla de emociones. Entre las risas y el coqueteo amistoso, su mente volvía inevitablemente a Leandro, aunque intentaba apartar esos pensamientos, al menos por el momento.

—Bueno, me voy, a ver si se animó a seguirnos y se te acerca. Avísame por mensaje cualquier cosa.

Le dejo un beso en la mejilla y rápido encaró para la playa por otro camino, no queriendo chocarse con Leandro. Había sido un buen rato, aunque sabía que él había tenido una intención más estratégica al dejarla sola. "A ver si se anima a acercarse", le había dicho antes de irse, refiriéndose a Leandro. La pelirroja suspiró profundamente, apoyando los codos en la barra del bar de la playa, con la mirada fija en la pizarra que mostraba los diferentes tragos que ofrecían.

yo te diré - leandro paredesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora