•Enamorado• ··|Duxino|··

04

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Lo he pensado demasiado realmente está bien que me gustes? Yo realmente no lo sé, adoró sentir este sentimiento por ti pero realmente es correcto, mi humano me habla sobre otros patos y sobre hembras y que me conseguirá una compañera de vida...que eso es lo correcto.

Pero que era una vida sin estar a tu lado.

...

No, realmente no está mal que me gustes, esperaré por tí y que aceptes mi sentimientos y si fallo lo intentaré una vez más, por favor ámame.

—Aquino! Dónde te has metido pato loco? -El humano sonriente buscaba a su pequeño amigo, lo buscaba para presentarlo con la compañera que le busco-

Diablos, por favor que no me encuentre, que no me encuentre que no me encuentr-

—Oh Aquí estás pequeño, ven hay alguien que te está esperando jaja.

Mierda me encontró...

Desearía que estuvieras aquí al menos sería mejor.

☆

Ay me siento muy incómodo, se nota que es algo tímida lo único que hace es mirarme y voltear cuando la miró.

Es linda pero no lo sé, no me genera ningún sentimiento en especial, le debería decir? Pero y si llora? Mejor no digo nada.

Pero lo bueno es que en la tarde iré a verte al parecer se arreglaron planes entre tu humano y el mío, creo que estaremos solos juntos, lo cuál lo hace mejor aún, ya quiero que ésto termine!

Creo que ella notó mi emoción se ve algo confundida, intento decirme algo pero al final se arrepintió.

Aquino dejo la habitación donde estaban ambos, dejándola sola y no pareció importarle, no pasaba nada en especial nisiquiera estaban hablando así que pensó que talvez no estaba mal, salió con prisa hacía el cuarto compartido por su dueño tropezando en el camino pero logrando su objetivo, había preparado un regalo para su amor, no tenía muchas cosas pero quería darle algo muy especial para el, su patito.

Lo limpio y lo puso igual de bonito que su enamorado, esperaría con paciencia y emoción la tarde. Ay tonto pato enamorado.

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Falta solo una hora para las cuatro, me lavé las plumas y mi pico también, Ayy ya quiero que sean las cuatro, siento que voy a vomitar de la emoción, claro si eso es posible.

Hace solo unos minutos se fue ella y su humana, y lo único que escuché fue "Que pena que no se llevarán bien", una sonrisa en su rostro pero no parecía feliz, porque no llegamos a congeniar bien. Me sentí triste por eso quizás por lo menos le hubiera hablado.

Pero eso ya pasó no puedo hacer nada ahora, solo tengo que concentrarme en hacerte feliz es lo que importa ahora.

☆

Cómo es que el tiempo pasa tan lento, la espera siento que se hace eterna, apenas paso media hora, uhgg me estoy aburriendo, y porque tarda tanto en arreglarse se supone que solo es una salida casual no hay necesidad de arreglarse tanto, solo ponte una polera y un pantalón no es tan complicado.

Te juro que si no acabas ahora de arreglarte iré y te morderé los tobillos.

La pobre ave no estaba con paciencia esa tarde toda su emoción se fue por lo tan lento que pasaba el tiempo, ya no aguantaba más, estaba desesperado por ver a su bello ángel, incluso podría escaparse si es que no fuera una buena ave, pero lo pensaría.

Y por fin después de mucha espera llegó la hora y justo el humano se terminó de arreglar, le puso los "zapatitos" rojos a Aquino y el arnés y fueron en camino a la casa donde vivía el amigo de su humano.

Fue larga la caminata y el ave de plumas blancas era cargado por su dueño, estaba cansado creo que se estaba poniendo un poquito gordito. Pero eso no importa realmente para el, y una vez enfrente de la puerta no dejaba de mover las plumas de su cola, parecía un pequeño perrito contento.

La puerta se abrió, fue dejado en el suelo y fue rápidamente dónde su pequeña paloma, pero algo paso fugazmente a su mente había olvidado algo pero que era?

Oh Diablos, había olvidado el regalo, se decepcionó de él mismo por olvidar algo tan importante.

—Sucede algo Aquinito? —su dulce voz lo calmó un poco pero no lo suficiente.

—E-es y-yo se se suponía que tenía a-algo para tí p-pero yo..yo —pensó que era algo tonto llorar por eso pero no podía evitarlo, así que lo hizo lloró enfrente de su amado.

—Hey, está bien no tienes que llorar, sea lo sea que me y vas a dar de seguro era muy lindo—abrazó al ave más grande buscando que dejará de llorar, no le gustaba que lo hiciera más que nada porque no era fácil de calmar, pero hacía su mejor esfuerzo.

Cada vez que se veían siempre pasaba algo, no algo que necesariamente era malo en si pero que ponían a Aquino de cierta manera sencible, y no sabía que hacer para que no suceda más.

Pero al fin pudo calmarlo, le costó? Pues claro que sí, los hermosos ojos avellanas brillosos por las lágrimas, le gustaba el intento e interés de Aquino en él, le parecía tierno de alguna manera porque él era joven y al darle esa oportunidad le gustaría decir que se arrepentía, pero realmente no lo hacía, incluso podría decir que le estaba empezando a atraer pero se sostenía fielmente a qué eso está mal, sabía que en algún momento solo se dejará llevar por los sentimientos del pato, aunque eso solo el tiempo lo determinará por hoy solo quiero pasar una tarde tranquila juntó a la joven ave y que el destino dicte lo que quiera.

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