TWO

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Me senté rápido, repentinamente sintiéndome enfermo, aun sabiendo que esto era imposible. Mi mente no se encontraba lista para enfrentar esta situación, para enfrentar a Stiles. Ni siquiera podía inventar algo, me había pillado en su habitación, con solo su chaleco desnudo, masturbándome con su almohada y los dedos en el culo mientras olfateaba su bóxer.

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—Stiles... yo, esto, no es lo que...

—¿No es lo que parece, Derek? Porque estoy muy seguro de que te vi masturbándote por el culo mientras olisqueabas mi ropa interior.

Empecé a sudar frío, lo único que podía tener de él era su amistad, si es que podía llamarse así nuestra relación, y la había perdido por mi jodida necesidad de sentirlo más cerca. En este momento sentía mi estómago revuelto y la bilis subía por mi garganta.

Se acercó y yo no pude evitar retroceder, jamás me había sentido tan vulnerable, pero sólo terminó acercándose más y yo ya no pude seguir retrocediendo. Agaché mi rostro para no ver el suyo. No creía poder soportar ver el desagrado en el rostro de este, mordí fuerte mi labio hasta hacerlo sangrar, aún sabiendo que se curaría pronto. El dolor me ayudaba a pensar, aunque en esta situación nada se venía a mi mente excepto el rechazo y la repulsión de Stiles.

—Derek... —agarró mi mentón y trató de subir mi mirada, yo me resistí—. Derek...

Su voz se escuchó más severa e involuntariamente, mi cuerpo respondió levantando mi rostro y mirando sus ojos antes de que me diera cuenta.

—Stiles, por favor, olvida esto. Mantendré mi distancia, desapareceré de tu vida, sólo me verás en las reuniones y, si no quieres hacerlo, yo me alejaré de la manada.

Sentí mi voz salir temblorosa de mis labios, temía que me quisiera lejos de él y que ni siquiera me permitiera verlo de vez en cuando. Mi corazón pendía de un hilo, al igual que mi cordura; no creía poder soportar estar lejos de Stiles o sentir su rechazo.

—Lo siento, yo no volveré a acercarme, sé que esto debió ser jodidamente desagradable para ti, lamento tanto esto.

Me levanté esquivándolo rápidamente, tomé mi ropa interior y cuando iba a colocarla, sentí un fuerte tirón. Caí de espalda en el colchón con él encima de mí, se miraba serio y con los labios hechos una fina línea como nunca. Esperaba el golpe y cerré los ojos. Era más fuerte que Stiles y podría mandarlo a volar con un golpe, pero sentía que claramente me lo merecía. De repente sentí su lengua pasar por sobre mis labios para luego chupar mi labio inferior ruidosamente.

—¿Qué?

—¿Crees que no sabía que lo hacías? —mordió mi labio y gemí de dolor—. Derek, llevo tanto tiempo observándote. Si quieres ponerle un tiempo, lo hago desde hace un año.

—¿Qué? —sentía mi corazón latir atropelladamente dentro de mi pecho—. ¿Por qué no me dijiste nada? ¿Acaso te estás burlando de mí?

Sentía dolor de tener las uñas clavadas en las palmas de mis manos y él sólo me miraba fijamente.

—Porque era una vista maravillosa, el tenerte sobre mi cama, desnudo, solo cubierto por alguna prenda mía —el aliento caliente sobre mi oreja me hizo estremecer—. No sabes cuánta paciencia he tenido para no lanzarme sobre ti.

Teniéndolo entre mis piernas mientras su nariz rozaba mi yugular, me hacía sentir tan expuesto y a la misma vez tan bien. Mi cerebro estaba mareado por las abrumadoras emociones que llegaban hasta mi pene, el cual se encontraba ya semiduro. Tiré fuerte del chaleco para intentar taparlo.

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