1. Un miembro adicional

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Era un día común en Konoha, los pequeños salían de la academia a almorzar y los grandes cumplían misiones dentro o fuera de la aldea, Tsunade lidiaba con la horrible carga de ser hokage, y su discípula estrella, Sakura Haruno, estaba experimentando quién sabe qué en un laboratorio.

Tenía 15 años y hacía alrededor de 2 años que había comenzado a recibir clases de la sanin legendaria, Naruto aún estaba fuera de la aldea supuestamente entrenando con Jiraiya, y su amor platónico Sasuke seguía fuera por su deserción y posterior unión a Orochimaru.

Ella por su lado y para no quedarse detrás de sus compañeros le pidió a Tsunade que la entrene en el arte del ninjutsu médico, una petición a la que Ino también se sumó al poco tiempo, en fin, cosa de rivales, si no era el poder y habilidades ambas peleaban por ver quién era la más femenina. En el pasado quedó el pelearse por Sasuke, ese tema se volvió serio tras su huida.

Además de aprender varias técnicas, Tsunade también le enseñó acerca de la ciencia, esto era muy importante porque gracias a esto los médicos podían encontrar curas o métodos para tratar con distintos heridos o enfermos.

No lo sabía mucha gente, pero Tsunade, cuando se enteró sobre los planes de Orochimaru, había mandado a varios anbus personales que no tenían nada que ver con Danzo, a que investiguen cada rincón de Konoha con tal de encontrar su laboratorio, cuando joven ella se enteró que la serpiente también era un habido científico, pero que terminó usando todos sus inventos en favor de él mismo sin importar dañar a nadie, pero ella sabía que de alguna forma podría ayudar a la aldea si es que dejó algo de su conocimiento en algún lugar, cosa que sí logró encontrar, una zona de experimentos bajo tierra a la que le fue imposible entrar de no ser por la ayuda de Anko que tras ser abandonada por este había reprimido varios recuerdos, pero con ayuda de la sanin logró retomar y recordar que para entrar se necesitaba el chacra del sanin, algo que dejó dentro de ella tras morderle y dejarle el sello maldito.

Tsunade descubrió varias notas y algún que otro químico, pero a pesar de lo desalentador que parezca, era útil, y solo lo necesitó la ayuda de Anko una vez, porque luego Tsunade cambió el sello para que puedan entrar solo gente específica ahí, entre ellas estaba Shizune, Sakura y ella misma, aún no sentía suficiente confianza con Ino, aparte, la Yamanaka no tenía interés en experimentar y más bien quería ser útil tanto en el jutsu médico como en sus propias técnicas de clan.

Sakura, como ya se dijo, en estos momentos estaba en un laboratorio oculto, por más que detestaba a Orochimaru por supuestamente llevarse a Sasuke, ese tipo sí que era un genio, al parecer experimentó con células del primer hokage y su elemento madera, además de algunas líneas de sangre, y también había una sección en donde tenía muestras de reptiles, el cómo usaban dichas habilidades para regenerar sus extremidades, esto le dio una idea, el usar las células del mismo paciente cuya extremidad no tenga, y con estas hacer que se regenere.

Para esto había pasado varios meses usando una propia muestra de ella misma junto a las células madre que contenía su propio cordón umbilical el cual afortunadamente su madre había conservado en buen estado.

Estuvo tan enfrascada en su trabajo que pasó varios días pasando la mayor parte del tiempo ahí, y Tsunade había sido notificada por esto así que lo entendió, le tenía fe a su alumna.

Sakura llegó un punto en el que sus esfuerzos dieron como resultado un suero con sus propias células así que no había posibilidades de que se transforme en un lagarto gigante o algo así.

Y ahora, lo más arriesgado, si quería ver los resultados, tendría que probarlos en ella misma, y para ello, se cortó un poco de carne del dedo meñique, exactamente la parte dactilar, y ahora estaba rezando porque de resultado.

Futa Sakura HaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora