Nivel 2 Más haya del bosque

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No hay nada tan bello como el amanecer. Es la hora del día donde el sol hace acto de presencia, iluminando y nutriendo de energía a casi todo ser vivos existente en la tierra. Las aves cantan, los animales salen a alimentarse, y los horrores nocturnos arden hasta desaparecer. Uno de estos animales que iniciaba su rutina diaria era un ciervo, cuya rutina consistía en comer, hidratarse y dormir. La rutina que todo adulto quisiera tener, comer y dormir sin la necesidad de cumplir cualquier otra obligación como la de trabajar.

Este ciervo camino tranquilamente hasta llegar a un río donde tenía planeado hidratarse con la ayuda del elixir de la vida. El ciervo agacho su cabeza y comenzó a beber agua sin preocupación alguna, eso hasta que escuchó movimiento en unos arbustos cercanos. El ciervo con miedo de que fuera un depredador se preparó para correr, no sin antes gira su cabeza hacia esa dirección. Al asegurarse de que no había absolutamente nada decidió confiar y no darle importancia para seguir bebiendo el líquido que da vida.

Lastimosamente había cometido un error al no huir de ese lugar rápidamente. De los arbustos sigilosamente emergió lo que parecía la punta de una flecha. En efecto, alguien estaba apunto de atacar a este indefenso animal quien no se dio cuenta hasta que ya era muy tarde y recibió un flechazo en la parte trasera del cuello de parte de una joven de cabello rosado quien había emergido de los arbustos para después gritar algo que el animal no pudo entender.

—¡¡AQUINO!!—

El ciervo intentó escapar cruzando el rio, pero al cruzar y estar a punto de entrar en el extenso bosque para perder a su cazador se encontró frente a frente con un joven castaño que sostenía una lanza echa con una rama de árbol, una piedra lo suficientemente filosa para atravesar alguna zona vulnerable, y lo que los mantenía unidos era una simple liana de árbol que se comportaba como una soga, era una lanza bastante improvisada. El ciervo intentó esquivar al joven pero antes de poder hacerlo la lanza había atravesado su cuello rompiéndose en el proceso pero cumpliendo su objetivo, el cual está atravesar el cuello del pobre animal. El ciervo cayó al suelo por el dolor y por la dificultad para respirar, aun así el siguió luchando por su vida pero lastimosamente no lo logró y terminó sucumbiendo ante sus heridas las cuales lo fueron dejando sin energía hasta dejar de moverse en señal de que finalmente había muerto. El cuerpo del ciervo procede a desaparecer y dejar una serie de orbes doradas que fueron absorbidas por el joven, y no solo eso, también dejó atras 8 trozos de carne.

—¡Emi! ¡Enciende la fogata rápido!—

—¡En camino!—

En efecto, los causantes de la muerte de este ciervo eran Aquino y Emikukis, quienes buscaban saciar su hambre con la carne del pobre animal. Emi cruzo el rio cargando unas cuantas ramas secas para dejarlas en el suelo y después recoger algunas hojas secas para ponerlas sobre las ramas, ramas las cuales Aquino había acomodado en forma de un triángulo para después rodearlo por algunas rocas, por último Emi tomó un par de piedras para frotarlas y crear una chispa y encender una fogata, donde Aquino colocar 2 trozos de carne para cada uno y el resto lo guardó en su inventario. Los minutos pasaron hasta que su comida finalmente estaba lista, cada uno tomó un trozo de carne y comenzaron con su desayuno el cual aunque estuviese mal cocinado, para ambos era como encontrar un vaso de agua en medio del desierto. Al terminar, ambos se recostaron en el suelo sin nada más que hacer que ver las nubes pasar sobre ellos.

—Oye, ¿Cuánto de experiencia te dio el ciervo?— Preguntó Emi para iniciar un tema de conversación.

—Déjame revisar.— Aquino abrió su panel de estadísticas para verificar su experiencia.

|Info| |Inventario|

☆☆☆☆☆

■~●~■~Aquino~■~●~■

Una Nueva Vida En El InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora