Hay tanto fraude a nuestro alrededor, sin embargo continuamos mirándonos los ombligos, esperando a percibir aunque sea una pequeña brasa resplandeciente entre tanta lluvia.
Y aunque mi siembra se inunde y se ahogue de tanto amor, indistintamente decidiste plantar una semilla más, esta vez una nueva y, sin esperarlo quizás, de entre toda la maleza, comenzó a florecer un bello y joven clavel, se alivianó por encima de todo y flotó entre los pastizales inundados.
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Ella diría que son aburridos.
PoésieEscritos que le parecerían aburridos a mi yo de seis años.