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^Dazai y Chuuya de 17 años

-¿Qué le pasa al enano?- pregunto Dazai mientras veía pasar a Chuuya con un aura roja que lo envolvía, iba realmente enojado, dejaba gietas donde sus pies tocaban, con sus manos en los bolsillos de su pantalón, medio encorbado y con una cara neutra.

Parecía que estaba llegando de una mision, ya que sus subordinados caminaban a su espalda, pero estaban a cuatro metros de el, además de que Nakahara no llevaba esa chaqueta negra que siempre usaba cubriendo sus hombros.

-¡Nakahara-san, Nakahara-san!- lo llamo un hombre uniformado que venía de la dirección contraria al pelirrojo -tiene que terminar los informes usted- 

Chuuya se volteo, su rostro seguía serio, -si me vuelves a dirigir la palabra para decirme algo que ya se que tengo que hacer en las siguientes 10 horas te mandare con una patada a Latinoamerica, y no ara falta usar mi abilidad- sus ojos no mostraban expresión alguna además de enojo y su vos era fría. El hombre se quedó estático, Chuuya solo se giro y siguió su camino.

Dazai sonrio con malicia -Chibiii- dijo hacercandose a paso rápido hasta el más bajo, su vos era chillona y molesta. Nakahara ni se molesto en parar de caminar -chibiko, Chuuuya, Chibii, perchero, petit mafia- le hablaba el mayor. -¿Que te paso? ¿Por que tienes una cara más fea de lo normal?- le preguntaba.

¿Que por qué Chuuya estaba tan enojado? Fácil, dazai no se había despertado con el por qué tenia una misión en la madrugada, su abrigo había caído en el barro mientras peleaba con un estupido escuadrón que querían quedarse en territorio de la mafia, además de otras cinco misiones que a pesar de que eran todas relativamente fáciles, cada una quedaba a 15km de la otra y para colmo tenía que hacer estúpidos informes de hacia tres días, ya que el hombre que los tenia que hacer le dispararon en una de las misiónes de hoy, ¿Por qué no se los encargaba a alguien más? Eran clasificados, nadie además de el y el ahora cadáver tenían autorización para saber lo que había que escribir.

Chuuya hagarro la corbata negra que colgaba del cuello de Dazai, lo bajo hasta quedar arrodillado delante de él, todos escucharon el estruendo e inmediatamente fijaron sus miradas en el espectáculo que se estaba dando.

Algo que nunca se había visto, Dazai siendo sometido ante Nakahara, Chuuya lo miraba desde arriba, su mirada congelaba. En ese momento, Dazai si le temió a la muerte, "mi hora llego" pensó. El pelirrojo clavo sus ojos azules sobre los ojos avellana del castaño, lo miraba con superioridad, como si Dazai fuera la escoria más grande del barrio más bajo de toda Yokohama,

Todo quedó en completo silencio, ni los espectadores que veían atentos, ni los subordinados que estaban atrás de Chuuya, ni siquiera el mismo Dazai decía una palabra.

-Escúchame pedazo de mierda- dijo hacercandose a su oído, -si está noche cuando yo llegue a casa vos no estas en el sillón con el mejor vino que puedas conseguir y una manta para ver una película, dormirás en el piso por dos meses, sin sexo, sin comida caliente, sin nada, ¿me entendiste escoria con patas?- susurro a su oído, mientras volvía a su postura tan desafiante.

Dazai trago pesado -es-ta bien- se maldijo a su mismo por tartamudear frente a tanta gente.

Todos se quedaron quietos, mientras que Chuuya volvía a darse la vuelta y seguir caminando como si no hubiera intimidado al jefe más joven de la Port Mafia, -¡Muévase inútiles!- les grito a sus subordinados que habían dejado de caminar.

-¡Si!- gritaron todos en respuesta.

Dazai se levanto, se sacudió y empezó a caminar hacia su oficina. Nadie dijo nada.

Camino normal, entró, cerró la puerta y callo apollando su espalda en esta. -Maldito enano- dijo poniendo su mano sobre su entrepierna, por arriba del pantalón. Fue hasta su baño privado y atendió su pequeño problema, recordando a cada segundo esa vos tan seria y autoritaria, su postura tan demandante y esos ojos que penetraban en los sullos.

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Eran las 11 de la noche, Chuuya por fin estaba saliendo de la mafia, se monto en su motocicletas y ni se molesto en ponerse el casco. Empezó a conducir, iba realmente rápido, le encantaba, sentia el aire golpear su rostro y su cabello moverse.

Llego a la casa, abrió la puerta, se quito los zapatos y camino hasta la sala de estar, sorprendentemente encontró a Dazai en el sillón, buscando algo en Netflix. Se hacerco a ver más de cerca, habían papas fritas, palitos salados, maní y otros snaks, además de dos copas del vino marca Petrus recién servidas en el medio de la mesita delante del sillón. 

-Samu?-

-Por fin llegas Chibi- dijo levantándose, -¿me vas a dejar dormir contigo?- pregunto abrazándolo por la cintura, claramente eso era un soborno, Dazai quería seguir durmiendo, teniendo sexo y sobre todo comer las exquisitas comidas de su novio.

Guardo silencio unos segundos, y luego respondió, -si claro- Chuuya regreso el abrazo, rodeándolo con sus brazos por debajo de los hombros del más alto, pegando su cabeza al pecho contrario, -perdon por eso-

-Si si, no hay problema, ¿vemos la película?-

-¿Qué vamos a ver?-

-50 sombras de grey-

-Osamu- fruncio un poco el seño.

-Jajajaja, ok ok, ¿que quere ver?-

-Mm....- pensó unos segundos -¿que tal algo de fantasía?- levantó un poco la cabeza, para mirar los ojos de su novio.

-Me parece bien- luego de un corto beso, se sentaron en el sillón. Dazai estaba apollado en uno de los brazos del mueble, con almohadas en su espalda, y Chuuya entre sus piernas, apollado en el pecho de su amante.

Vieron la película, no tomaron mucho, pero se terminaron los snaks. Y Chuuya por fin pudo relajaste, mientras dazai le acariciaba el pelo. Aunque sinceramente, le presto casi nada de atención a la película, estaba planeando como hacer para ver una ves más a Nakahara con ese porte tan imponente, ese que lo dejo sin aliento, que lo éxito de una manera tan exquisita, lo necesitaba, necesitaba tener a ese Chuuya dándole órdenes en la cama. Y de una u otra forma lo iba a lograr, por que sus predicciones nunca fallan.

¿Enojo? Soukoku One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora