Imprevisto (Omegaverse)

Inconveniente

Dentro de la sala de juntas todos estaban tan rígidos como una vara de metal, y no era para menos, el sudor y movimientos tensos eran palpables en la habitación, podría cortarse fácilmente con el filo de un cuchillo, la castaña se rasco el cuello frustrada sintiendo su temperatura un poco alta, estaba segura de que se había enfermado o tal vez solo eran las feromonas de angustia, miedo e incluso asco en toda la oficina, era asfixiante estar ahí ahora mismo, alzo el cuello notando a la causante del ambiente del lugar.

La imponente pelinegra se mostraba con su habitual cara de ultratumba, esperando ideas para el nuevo proyecto de la compañía, todos guardaban silencio intentando pensar en ideas para que no se molestara más, ya había sometido a mas alfas de los que se podrían contar y omegas era peor, todos terminaban llorando por sus crueles palabras.

- Sigo esperando ideas. - Rompió el silencio cruzando los brazos, todos temblaron sin excepción.

Su paciencia se estaba agotando y lo sabían bien, su aroma se intensifico haciendo el ambiente mucho más amenazante, en sus ojos se podía distinguir que se habían obscurecido casi como la noche, estaban en grandes problemas y no sabían como solucionarlo, Mon la miro con el ceño fruncido, si las dejara ir a comer tal vez mejorarían sus ideas, pensó que ya le había quedado claro, pero parecía que los viejos hábitos nunca se superaban.

- Lady Bo...Ah. - Todos voltearon a verla inmediatamente, era bajo y solo los alfas del lugar pudieron escucharlo atentamente, un gemido.

La castaña abrió los ojos como platos, su cuerpo se sentía caliente, sentía su centro palpitar mientras la humedad se filtraba entre sus piernas, el calambre en su vientre la hizo jadear del dolor, entro en pánico, su calor no estaba previsto hasta dentro de un mes, ¿Cómo era posible?

El ambiente antes tenso, aumento drásticamente, todos la vieron como nunca lo habían hecho, el aroma a frambuesa inundo la habitación; Sam respiro profundamente sintiendo el alfa en su interior rugir por el omega que se encontraba a unos escasos centímetros de ella, las manos le picaron y sintió su boca salivar, gruño por lo bajo escuchando el bajo gemido de la omega haciendo que la situación empeorara.

Miro a los alfas que la miraban con deseo y sintió a su alfa molestarse, sus ojos antes obscuros adquirieron un color mucho mas sombrío, sus puños se cerraron en un puño sintiendo la picazón de sus dientes creciendo a manera de colmillos.

- Lárguense. - Gruño Sam delineando a cada uno de los que se encontraban en la habitación.

Los omegas bajaron la cabeza de inmediato asintiendo para salir casi corriendo, pero los alfas no fue el caso, cada uno gruño en un claro reto, no iban a dejar a la dulce omega para su egoísta jefa, era demasiado embriagante y no pensaban ceder por ella, el rostro de Sam era irreconocible en ese momento.

Mon sentía sus ojos nublados mientras el dolor se intensificaba, sentía que la humedad crecía mientras pasaba el tiempo, miro a la pelinegra y juraría que su altura había aumentado, su masa muscular era mayor, mientras sus colmillos habían crecido de una manera amenazante y sus manos estaban sangrando al haber apretado sus puños por las garras que parecían dispuestas a rebanar cualquier cosa que estuviera enfrente y por su mirada estaba segura que estaba dispuesta a hacerlo si no detenía esto

Gimió por lo bajo llamando la atención de cada alfa, la pelinegra gruño de manera escalofriante tomando el cuello del mas cercano estampándolo en la pared, cada uno de los alfas se tensaron adoptando una pose de defensa.

- No lo repetiré otra vez. - Gruño amenazadoramente volteando a mirar a todos lados, su voz estaba siendo mezclada con un rugido bestial. - ­Si no se van ahora mismo matare a cada uno de los que están aquí de la manera más dolorosa posible.