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Viernes en la noche.
Era el único día que me sentía autosuficiente y con mas fuerzas para caminar. Diariamente vivía llena de egoísmo e impotencia por mi mismo ser, estaba segura que pasarían miles de años y mi corazón seguiría gritando su nombre, no tanto como antes, pero las cenizas estarán ahí.
Cumplí mis sueños de ser diseñadora de modas y ahora tengo mi propia marca de ropa aquí en Estados Unidos. Trabajo con personas de mi país natal y bastantes extranjeros, todos eran respetuoso, esencialmente uno.
─ Sakura, por fin te encuentro. ─ llamo a mi espalda intentando recuperar el aire.
Gire a verlo y allí estaba con sus manos apoyadas a sus rodillas, su cabeza en alto mirándome con una sonrisa que hacia que sus pómulos resaltaran.
─ Sunoo ─ sonreí.─ ¿Qué paso? ¿todo bien con las nuevas prendas? ─ pregunté intentando atinar alguna de las dudas que pudiese tener.
─ No te preocupes, todo esta bien en la empresa para ver si.. ─ se quedo callado al ultimo momento y miro sus zapatos dudando de lo que iba a hacer.
─ Para ver si? ─ continúe su hablar.
─ Si querías cenar mañana por la noche. ─ soltó rápidamente con miedo al rechazo.
Por un momento pensé demasiadas cosas, cosas para nada positivas. Sentía que estaba traicionando a mi corazón o al portador, durante este tiempo no he estado al pendiente del amor, solo de mi y mis sueños, por el simple hecho que no lo veo igual que antes.
Sunoo era un gran chico, perfecto en todas sus facetas.
Él era el tipo de chico que viajaría al otro lado del mundo sin miedo y te regalaría tulipanes de todos los colores con tal de verte sonreír.
─ Se que no quieres, pero al menos pregunto. ─ dijo para darse la vuelta comenzar a caminar.
─ Si quiero. ─ grité haciendo que parara en seco y volteara a verme.
─ Pasare por ti mañana a las ocho, cuídate mucho. ─ contesto emocionado para salir corriendo.
El continuo su vida amorosa Sakura, ¿por que no harías lo mismo, o aunque sea el intento?
