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eight years before
Recuerdo cuando apenas éramos unos desconocidos curiosos y depresivos caminando por la ciudad mientras había una tormenta demasiado fuerte, la única diferencia era que tu posabas un paraguas para evitar que las grandes gotas cayeran sobre ti y yo solamente me dejaba llevar por la lluvia sintiéndome más mierda de lo normal.
Te acercaste a mi al verme de rodillas justamente en un gran charco de agua, hundida en mi mismo ser, sintiendo que era más pequeña de lo usual.
─ deberías de ir a casa y darte un baño, luego te puedes enfermar. ─tu voz era tan suave que me dio tanta calma.
Te miré por primera vez, viendo que tu rostro se tornaba serio, sin ninguna expresión alguna y el brillo en tus ojos era escaso como si te fueran arrebatado toda la alegría de tu vida.
─ no creo que a ellos les importé si me enfermo o no. ─bufé algo enojada recordando lo que mis padres habían hecho ese día.
─ tal vez a ellos no, pero, a mi sí. ─me alentaste nuevamente a levantarme y a seguir mi vida como si nada.
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seven years before
Nuestro primer año de amistad, una de las mejores celebraciones que no tuve en mi miserable vida y existencia. Ya cada uno sabía lo mas profundos secretos del otro, la confianza seguía creciendo, la seguridad permanecía y el cariño se comenzaba a agrandar.
Mi madre te consideraba parte de la familia, sabía de ti, ya que cuando hacíamos videollamadas me preguntaba quien eras y quería que te trajera a la casa, hasta que luego de tres meses lo hice, con la esperanza de poder tener la libertad de estar contigo sin impedimento.
Me regalaste tulipanes rosas ese día, desde ese momento se volvieran mis favoritas.
─ ten, es por nuestro primer año siendo mejores amigos. ─me las entregó con sumo cuidado, mientras yo escondía mi cara entre mis manos muriendo del amor y la vergüenza.
─ muchas gracias rikito, yo te compré este suéter. ─agradecí tímidamente y te entregué el suéter negro con rallas blancas que tanto me mencionaste que querías.
─ es el que te dije que quería! ─exclamaste con alegría tomando el suéter y abrazándolo con mucho cariño, por fin pude volver a ver ese brillo en tus ojos, comparado como la primera vez
─ quise darte un detalle, ya que pronto será nuestra graduación y pues, eso será algo más grande. ─reí un poco, tú me seguiste la risa y luego ambos nos miramos mutuamente, la conexión era mutua.
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