CAPITULO 3.

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Chapter three; “The traition

—¡Sid!

Kia sale corriendo detrás de la castaña, cuando la alcanza observa la sangre que la chica tiene en su rostro.

—¡Por Dios! ¿Que paso?

—B-Billy, e-el, el..—La castaña traga saliva, tartamudeando.

—¿Que pasa con mi hermano, Sid?—La castaña no responde, derramando lágrimas.—¡¿Que carajos le pasó a mi hermano, Sid?!

La chica niega con la cabeza, haciendo que el corazón de la pelinegra lata con fuerza. Kia mira a otro lado, notando algo en la cochera.

—¿Tatum? ¡Tatum!—Grita la pelinegra, desesperada. La chica corre hacia el cuerpo de la rubia.—¡Tate!

Sidney llora desconsoladamente, mientras tapa su boca. La chica se empieza a desesperar al ver al asesino acercarse a ellas.

—¡Kia, debemos irnos! ¡Ahora!—La castaña corre hacia ella, agarrándola del brazo, obligándola a correr.

—¡Ayuda!—Grita Sid, tocando desesperada la puerta del auto.

Un hombre les abre, y las deja pasar.—¿Que pasa?

—E-El asesino está aquí. El está aquí.—Responde Sid.

—¿Qué?, Pero, si en la cámara no ha aparecido nada sospechoso.

—¿En la cámara? ¡Nos estaban observando! ¿Qué clase de imbéciles psicópatas son ustedes?—Habla Kia, tratando de recuperar la respiración.

—Uno que está apunto de salvar a tu amigo.—Habla el hombre, abriendo la puerta.

—¿Qué?—Pronuncia la pelinegra, para luego observar la mini televisión, en la cual se proyectaba la sala de la casa de Stu, y en esta estaba Randy apunto de ser atacado por el asesino.—¡Randy!

La chica intenta salir de la furgoneta, siendo detenida por Sidney.

—¿Que haces, Sid? ¡Es Randy! ¡Lo va a matar, Sid,  lo va a matar!—Gritaba la pelinegra, apunto de caer al suelo.

—¡Mira!—Exclama la castaña, volteando a la chica.

El asesino había desaparecido de la pantalla, y Randy seguía viendo la televisión intacto.

—Jesús.—Pronuncia el hombre.

—¿Qué?—Habla Sid.

—Hay treinta segundos de retraso.—El hombre se da la vuelta, teniendo en frente a la persona enmascarada, quien corta sin piedad alguna su cuello.

Kia suelta un grito, horrorizada, mientras Sid llora, para luego cerrar de un solo la puerta, la cual el asesino intentaba abrir.

—Vamos, Kia. Entra por ahí.—La castaña señala una pequeña salida que tenía la furgoneta.—¡Ya, Kia, ya!

La pelinegra obedece, arrastrándose por el suelo, para luego cederle el lugar a la castaña, y tomar su mano.

𝐃𝐚𝐦𝐧 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐥𝐢𝐞𝐬/ 𝙎𝙘𝙧𝙚𝙖𝙢 𝙨𝙖𝙜𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora