Se podría decir que era una chica bastante feliz, aunque de eso hace ya alrededor de 4 años. No tenía preocupaciones algunas, tan sólo si me daría tiempo a terminar de cenar antes de que empezara Hannah Montana. Salía por las tardes con mi mejor amiga, pasábamos horas y horas planeando tardes, paseando al perro, contándonos secretos. Hablaré de ella más adelante.
No tenía nada de lo que quejarme. Por aquel entonces todavía formaba parte de una familia más o menos estructurada. Nos sobraba el dinero. Tenía amigos, sacaba buenas notas, no le daba importancia a cosas que no se la merecían. Envidio aquello la verdad.
Cómo no, todo lo bueno se acaba. Llegó un día en el que hablando en clase, salió el tema del peso, y resulté ser la más "rellenita" de todas. Eso me avergonzó mucho, así que decidí adelgazar.
Por aquel entonces debería tener 12 años. N estaba gorda, claro que no. Tan sólo estaba como una niña de 12 años que está cambiando.
Esto de adelgazar no me duró mucho ya que las tardes en el banco carecían de chuches.
Pero cometí el error de dejar ver que ésto me había afectado.
Entonces no pasó nada. Seguí con mi vida. Seguía siendo la más gordita y aunque no me importaba mucho, me fijaba bastante más en esas cosas.
Hasta ahí todo bien. Pero entonces fue cuando mi odio hacia la humanidad empezó a aumentar, y terminé peleando con una chica de mi clase. Ella, al quedarse sin argumentos, me atacó con lo único que había visto que me dolía. El peso. Y aquello se convirtió en la mayor de mis obsesiones.