Mukkda ┃HHJ•HJS┃

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Se miraron horrorizados al ser descubiertos en su travesura y lo peor es que era la madre de Hyunjin.

Se pusieron de pie tan rápido que las sillas cayeron al piso y no lograron escuchar lo que la señora doña suegra de Jisung le iba a decir.

Corrieron despavoridos del lugar y en el camino fueron golpeando a un par de personas antes de llegar a la calle.

Tomaron la dirección contraria de la usaron para llegar y no pararon hasta que avanzaron un par de calles más. Parecía como si hubieran visto al mismo diablo.

Se sentaron en una acera poco transitada tratando de respirar o al menos lograr que llegaraoxígeno a sus pulmones.

—No pensé que la mamá de tu chico era una bruja —habló jadeando SeungMin y limpiando el sudor de su frente.

Ya no le gustó tener la chaqueta puesta y por eso empezó a quitársela para poder sentir menos calor.

—Ni yo tampoco, pero creo que el término bruja está mal dicho —respondió agitado y jalando su gorro de lana sudado —. Quedaría mejor mi suegrita linda —aclaró riendo.

El golpe que le dio SeungMin en la cabeza hizo que dejara de reírse a carcajadas.

Jisung sobaba donde recibió el golpe, dándose cuenta que estaban en lugar desconocido y mirando a su alrededor.

Se animaron a seguir avanzando hasta que encontraran un taxi o una parada de bus. Cualquier opción era factible.

—Si la bruja —empezó y Jisung lo miró mal —. Digo, tu querida suegra ¡te convierte en algún animal! —comentó asustado —. Como venganza por querer amarrar a su hijo.

—No puedo, ya hay un SeungMin en el mundo y no puede haber otro —respondió serio y sin mirarlo.

—Dije animal no… ¡Jisung! —al darse cuenta se detuvo.

—¡Qué! —continuó caminando más despacio.

—¡No me digas animal, animal! —le retó y alcanzó para seguir discutiendo.

—¡Cómo qué no! —se giró cruzando sus brazos y mostrando una expresión de enojo. —¿Quién me llevó casi a rastras a este lugar con tu grandiosa idea?

—No pusiste resistencia —se excusó.

Siguieron peleando infantilmente por varias calles más, sin percatarse de la presencia de un enorme perro pitbull que los miraba desde lejos.

—Te imaginas lo que pensará mi querida suegrita —se quejó —. Que su futuro yerno es un loco y no me querrá.

—No lo niego, también pensaría igual.

—¡SeungMin! —reprochó.

—¡Jisung! —respondió con burla.

—Debes de alentarme, decirme que todo saldrá bien, que Hyunjin y yo seremos novios a pesar de todo, que…

Y Jisung siguió hablando de un sin número de razones coherentes y absurdas, pero Seung no pudo seguir escuchando ya que notó la presencia del perro al final de la calle.

Este los miraba con atención y SeungMin no logró entender el lenguaje corporal del can antes de asustarse.

—Ji-sung —llamó SeungMin.

—Después viviremos en una casita rodeada de animales —continuó suspirando y perdido en sus pensamientos.

—Han-ji —interrumpió la letanía de su amigo