No esperé a que contestara y cerré mi celular, lo metí a mi bolsillo. Abrí el primer cajón y saque un sobre plateado, un condón. Lo metí a mi bolsillo y me dirigí hacia mi habitación. Abrí la puerta y esperaba ver a Mariana tirada en la cama, llorando pero mi boca se abrió.
Sorprendiéndome mirando a Mariana solo con ropa interior y sentada en la cama. Seduciéndome ¿qué mierda?
— ¿Qué pasa?—junte mis cejas—
—Folláme—se levantó y camino hacia mí, con su mano acaricio mi miembro—
Sentí una electricidad al sentir su tacto.
— ¿Qué te está pasando?—la miré a los ojos—¿Por qué no estas llorando?
— ¿Para qué llorar? Sí tú, me vas a follar. Debería de estar feliz y lo estoy—tomo mi corbata con su mano y me aventó a la cama—
Ella se subió arriba de mí, con su cadera se sentó arriba de mi miembro, pero con la ropa. Ella se movía arriba de mí, frotando su parte con la mía. Ella soltaba unos suaves gemidos, que eso fue la gota que derramo el vaso.
La tome de la cintura, le di la vuelta. Ahora yo estaba al mando, estaba arriba de ella pero sosteniéndome yo mismo, mi peso con las manos. Empecé a besarla, bajaba por su cuello, su pecho, con mi mano levante su brasier y acaricie su pecho con mi mano, y el otro pecho lo sumergí a mi boca. Ella soltó un gemido. Pasaba mi lengua por su pezón. Seguí bajando y llegue a sus bragas, de un jalón se las quite aventándolas para afuera de la cama. Estaba mojada, metí mi dedo adentro de ella a lo que ella gritó al sentir me dedo. Lo metía despacio después rápido y metí otro dedo más. Sentí que iba a llegar.
—Oh no, nena. No ahora—saque mis dedos y seguí besándola, me quite el saco que traía, junto con la corbata. Me quite la camisa por los brazos y seguí besándola.
Ella tocaba mi pecho, sus manos bajaron a mi pantalón y lo desabrochó. Yo no me opuse a nada, me retiré de ella para poder quitarme el pantalón junto con el bóxer.
Lo que no entendía era hace menos de 10 minutos estaba llorando, ahora estaba ¿feliz? No la entendía pero me gustaba esto.
Aventé mi pantalón y seguí besándola, ya quería entrar en ella pero el condón estaba en mi pantalón. Tuve que levantarme ir por el sobre, lo abrí y con cuidado lo metí en mi miembro evitando los globos de aire.
Ahora me volví a subir a la cama, Mariana no decía nada solo me miraba, toque sus labios con los míos y era el momento perfecto. En menos de 5 segundos yo ya estaba dentro de ella. Ella soltó un grito y apretó mi espalda, pero después se relajó y solo eran gemidos.
—Vamos nena, córrete—no dejaba de meter y sacar, cada vez más rápido, Mariana soltaba gemidos—
Mi cuerpo se ponía rígido, sentía que estaba a punto de llegar. Sentí las caderas de Mariana moverse, que se encontraban con la mía. Desesperada. Quería encontrarme para sentir más placer.
—Oh...Harold—gritó y sabía que había llegado. Al escuchar mi nombre de su boca, me excite más, cada vez más rápido hasta que sentí mi liberación, hice un gemido fuerte, audible y deje de moverme—
Salí de ella, me quite el condón y lo tire en un bote de basura que tenía junto a mi cama. Mariana no hablaba. Me levanté por una sábana y cubrí a Mariana que me dio una mirada de agradecimiento. Yo rápido, tome mi ropa y me metí a ducharme. Tenía que volver a trabajar.
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Mafia Stone
RandomUna simple regla, y la más importante ¡No te enamores de tu víctima!