Durante la cena, los cuatro estábamos sumidos en silencio, ninguno pronunciaba palabra alguna, sólo podía sentir la mirada de Kivorgil sobre mi, su mirada decía que quería que su hermano le diera una revancha. Marcoirus estaba a mi derecha y los otros dos enfrente de mi. No habia ruido más que el de los cubiertos. El platillo era una ensalada con una rebanada de carne, estaba probando casi bocado por bocado, pero la carne estaba un poco dura, y esto lo notó aquel príncipe, quien tomó mi plato con cuidado y comenzó a ayudarme a cortarla mientras me dedicaba una mirada comprensiva. Pero aparentemente este gesto no le agrado a su hermano ya que éste le lanzó una mirada un tanto molesta, la cual él ignoró y me entrego el plato de nuevo

-¿Te pareció interesante alguna serga en la arena?- el tono de su voz hacia notar un poco su molestia

-Bien sabes que no tengo interés en estos momentos de tener una consorte, quiero disfrutar un poco más de la libertad que tengo- su forma de evitar la pregunta que insinuaba si le había agradado yo parecía haber funcionado

-¿Qué me dices tú, Gil?-

-Tú sabes que quiero mi revancha- lo miró con los ojos entrecerrados y se llevó su copa de vino a la boca

-¿Por qué no aceptas tu derrota de una sola vez?Sabes que podría vencerte fácilmente otra vez en la arena de nuestros reinos-

-Pedirle que acepte su derrota, hermano, es como pedirle que deje de embriagarse hasta perder el conocimiento- se llevó un bocado a la boca después de señalar su punto -¿Por qué no solo llevamos la cena en paz? Ya me cansé de sus constantes peleas-

En eso estaba de acuerdo con él, quería un poco de paz, pero al,parecer y por las miradas entre los dos hermanos, eso iba a ser algo casi imposible, sentía como estaban tensos, como unos depredadores a punto de abalanzarse sobre sus presas, y, sin duda, así fue, el primero en atacar fue Kivorgil, quien por alguna extraña razón, cayó totalmente inmóvil sobre la mesa, noté que las iris de los ojos de Sharva tenían pequeñas fibras doradas,dando indicio de que él había sido el responsable

-Ya me hartaron ustedes dos, pareciera que el mayor soy yo, y por lo que tengo entendido Irus, tú deberías poner el orden- se levantó de su asiento y se fue, dejando a su hermano inmóvil todavía

-Ehhh... ¿me ayudan?- el mayor lo miró

Seguí con mi mirada al príncipe que se había ido hasta que se perdió en la oscuridad del pasillo, solo escuché un golpe sordo y cuando volví a girarme a la mesa, Kivorgil había sido hechado al piso por su hermano. Continúe con mi comida mientras sentía la mirada del príncipe a mi lado sobre mí, como si de su presa se tratase. Me incomodaba pero me atrevía decir nada.
Después de la cena, salí al patio para tratar de asimilar más lo ocurrido, sin embargo, cierto semidiós estaba ahí, con la mirada en la luna, como si ésta le hablara, estaba tan centrado en ella que no parecía sentir mi presencia, al menos eso creí

-Acostúmbrate a las riñas entre mis hermanos, ellos siempre están rivalizando-

-Supongo que... usted no suele meterse en sus peleas-

-Suelo evitar que lleguen a atacarse entre ellos, nada más, pero realmente hay veces que me sacan de quicio- se giro haca mi, quedando de perfil y poniendo sus manos tras su espalda -Esa fue su primera impresión y no le salió para nada bien-

-No.. pensé que se tomarían tan enserió esto-

-Ellos son así, se toman las cosas con una seriedad realmente innecesaria a veces, eso a provocado riñas internas desde hace algunos años, por ende, se han roto acuerdos de paz entre nuestros tres reinos-

𝔗𝔥𝔢 𝔇𝔞𝔯𝔨 𝔭𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢𝔰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora