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Daella.

Aemond se había ido y eso me demostró que yo no le importaba. Me queje cuando mi madre intento colocarme el vestido y no cerró.

—Daella, no es por ser mala, mi vida, pero estás rellenita.

—Si, he comido mucho en los últimos días.

—Él te de luna engorda mucho.

Asentí.

Camine del brazo de mi padre hasta el altar donde se encontraba Cregan esperándome

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Camine del brazo de mi padre hasta el altar donde se encontraba Cregan esperándome. Sonreí cuando mi papi me beso la mejilla y tome la mano del pelinegro.

—Mi Dulzura —susurro y sonreí.

El septon comenzó a hablar, pero yo solo podía en pensar en pequeños de ojos purpuras y cabellos platinados lisos.

No podía, no podía casarme con alguien que sabía que no amaría a mi hijo tanto como yo. Aparte la mano cuando intento cortar la palma de mi mano como se hacía en una ceremonia Valirya.

Me quite el anillo y se lo entregue.

—Lo siento, pero no puedo hacer esto —susurre dejando un beso en su mejilla.

Mire a los presentes y salí corriendo en busca de mi bebé de escamas rojas y verdes. Iría directo a Desembarco.

Me metí a mi habitación y tome aquel libro que había dejado en la mesa cuando me fui a Winterfell. Entro a mi habitación y me trague el nudo en mi garganta.

—¿ Cómo sabías que estaba aquí?

—Escuche a Rhaegal —sentí que quería acercarse.

—¿ Qué sucedió? —se sento a mi lado y evite mirarlo —¿ Por qué no te casaste con Cregan?

—No puedo jugar con sus sentimientos de esa manera y mucho menos con los de Rickon, es un niño y merece a alguien que lo ame a él y a su padre honestamente. Yo no lo hago y sabes que no puedo fingir, en algún momento se darían cuenta porque no es un amor sincero.

—¿ Qué harás ahora?

—Vivir mi vida de soltera al máximo, emborracharme con Aegon todas las veces que pueda, robar cosas, jugar con mis hermanos y cuando tenga la oportunidad hablaré con Cregan.

—¿ Qué hay de nosotros?

—No hay un nosotros —me voltee y quise darle un beso en sus labios, pero se lo di en su frente —Tal vez en otra vida.

—Ela.....

—Vete, Elarys debe estar buscándote.

Fingí tomar una copa de vino y la lance contra la pared cuando se fue. Me maree un poco y me sente en la cama pasando las manos por mi vientre que comenzaba a notarse. Me quite aquel vestido y me mire al espejo.

SANGRE DEL DRAGON 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora