-5 años pasan, Michael, el mayor de los hermanos Aftons es secuestrado por el padre de estos..
Juró que nunca en la miserable vida que este mismo le concedió volvería a reencontrarse con él..
Pero aquí está..acorralado.
N̰̜͉͔ͬ̽͢ȍ̸̢̢̮͚̐̚ p̶̸̨̺͊̍̒̓̀u...
Ahí se encontraba, uno de los 'supuestos' y 'únicos' tres hermanos que aún mantenían en pie a la familia Afton, el mayor de ellos saliendo de su turno de noche en su nuevo trabajo, agotado caminando por un pequeño parque que atravesaba su camino a casa.
Mientras caminaba se percató de un auto algo extraño a su parecer, cada vez que tenía que doblar, el auto hacía lo mismo, también iba algo lento, a pesar de eso solo se dedicó a ignorarlo y tratar de decirse a si mismo que él y la persona que estaba en aquel auto iban a la misma dirección.Se colocó sus audífonos y empezó a caminar a paso rápido.
«...»
Después de un rato, el chico perdió de vista a aquel auto en una esquina, soltó un gran suspiro de alivio y continúo su camino.
Mientras seguía su destino, apareció una calle, aprovechando que a esa hora no había casi nadie decidió pasar en rojo..gran error..el auto de antes apareció yendo a toda velocidad hacia el chico, este no le dió tiempo de pensar y fue gravemente herido al ser atropellado..
Durante los segundos en los que el joven estuvo consciente, pudo observar como el conductor bajaba e iba hacía él de manera rápida, levantandólo y dejándole la imagen de aquel hombre con una gran sonrisa..
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El adolescente despertó en una clase de camilla quejándose debido a unas punzadas en su cabeza, algo que se le hacía simplemente insoportable, sin mencionar que le ardía una zona en especial.
Las quejas del menor fueron interrumpidas por el chirrido de las bisagras de una vieja y añeja puerta, causando aún más molestia en su cabeza.
Calmando su dolor, abrió sus ojos para ver quien había abierto aquella molestia de puerta, al momento vió como una silueta alta se acercaba a él algo imponente, obviamente se asustó pero no podía demostrarlo ahora.
Al acercarse a la luz de una gastada ampolleta, el joven decepcionado, pudo ver que la silueta llevaba una máscara que cubría su cara por completo.Si, es molestó no poder saber la identidad de tu secuestrador, algo que tampoco este podía arriesgarse a hacer por ahora.
El chico abrió cierta curiosidad por aquel hombre, de cierta forma se le hacía familiar por lo que se decidió por hablar..
-¿Quien eres?...¿Y que hago aqui?..-preguntó asustado-
-...-
Sin respuestas, el menor desespera por ellas mientras que el hombre lo 'miraba' fijamente generando incomodidad en la habitación, lo cual era su intención.
Después de un largo tiempo de tensión, el adulto dirige su mano izquierda a la cabeza del menor, cosa que el más joven trató de evitar con un fuerte manotazo de lleno, lamentablemente el hombre se percató de eso y agarró de las muñecas las dos manos de su víctima a tiempo.
Tirando a su presa a la camilla, el depredador se posiciona encima de él aún con el agarre de muñecas, habiendo amenazado a esta por un tiempo, decide dejar las manos del chico a un lado y ejecutar su cometido que era una simple caricia de cabello, a aquel adulto le encantaba lo ondulado y natural que era desde que vió al joven.
El menor quedó confundido por la actitud del mayor, le gustaba y a la vez no, tampoco es como si en esa situación uno se sienta a gusto recibiendo cariño de un secuestrador, agregando que al menor no le gustaba que lo tocaran sin su consentimiento.
Por esta vez lo dejó pasar a pesar de su estado ya que el toque por parte del adulto era bastante tranquilizador, algo que le costaba admitir pero inconscientemente se acercaba de a poco a este buscando más de su atención.
-¿Aún no me puedes decir quien eres?..-preguntó tranquilamente-
-...-
-¿De verdad no vas a responder?..-preguntó nuevamente algo molesto-
El chico se alejó de manera lenta del adulto para acostarse nuevamente en aquella camilla, el dolor de cabeza no le favorecía en nada ahora, su contrario se dió cuenta de esto y fue por unas cuantas cosas.
Llegando con un paño caliente y una jeringa, las dejó a un lado y recostó bien al menor con la espalda un poco levantada, después agarró el paño y lo puso en la cabeza de este, aliviando su dolor.Finalmente se fue por la jeringa e inyectó con precisa cautela al menor.
Este último comenzó a sentirse adormilado, le hizo caso a su cerebro y cayó rendido, el adulto dedicó a recostarlo y arroparlo bien.
Terminó de esa acción, continúa sentándose al lado del más bajo y se sacó su máscara, dejando nuevamente ver con una gran sonrisa como 'admiraba' a su hijo quien dormía plácidamente.
