Spreeckity

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Tw: Sumisión, leve humillación.
Spreen x Quackity 1/?

Quackity corría con gran velocidad con aquel huevo bigotudo en sus brazos, la noche comenzaba a caer, por lo tanto los mobs llegaban.

— Puta madre... Perdón, Ramón, yo voy a hablar con tu papá para que no te regañe a ti, fue mi culpa, no vi la hora...

Hace un par de horas qué Quackity había ayudado al huevo de Spreen y Fit a escapar, ninguno de sus padres estaban así que estaba un poco deprimido y Tilin cuando lo vio, quiso ayudarlo. Habían ido a casa del azabache para que jugarán, prometiendole a Ramón qué regresarían pronto, pero ese pronto se alargó y ahora se enfrentarán a un Spreen furioso.

Spreen había entrado al servidor hacia cinco minutos, pronto se daría cuenta que su hijo no estaba y arderia troya.

°°°°

— Quackity, ¿Estás consciente que básicamente secuestraste a Ramón? Ni Fit ni yo estábamos, por lo tanto él no tiene ningún permiso de salir, ¿o eres realmente un idiota?

— Cálmate, Spreen. Ramón ya esta en casa, eso es lo que importa. Estoy seguro que la intención de Quackity era buena.

— Eso, eso... Es que mijo y yo íbamos pasando cuando vimos a Ramón, son niños, Spreen... Querían jugar juntos y Ramón se veía muy desanimado...

— Cerra el orto, vamos a resolverlo fuera. Fit, cuida a Ramón, luego hablare con él.

El huevito de dragón tembló detrás del mencionado, comenzaba a prepararse mentalmente para el gran regaño qué le daría Spreen. Fit miraba con pena hacia Quackity, que temblaba de miedo. Y quien no lo haría cuando tenías a un híbrido de oso muy enojado frente a ti.

Spreen tomo del brazo al otro híbrido arrastrandolo fuera de su casa.

— ¿A donde vamos, Spreen?

No recibió respuesta, mordió su labio nervioso, un sabor a hierro en su lengua lo detuvo.

Llevaban caminando al rededor de veinte minutos, sus piernas comenzaban a doler.

— Uh...

Una pequeña construcción de piedra, apenas y algo 4x4, entraron y solo había una cama qué pronto desaparecio ya que Spreen la había rompido.

Un hueco en el suelo qué estaba iluminado por unas pocas antorchas, se veía algo profundo, Quackity no tuvo tiempo ni de preguntar cuando fue arrojado a este. Sus latidos se aceleraron, grito desesperadamente para luego cerrar los ojos esperando el golpe, golpe que nunca llego, en cambio se hundió en un pozo de agua, rápidamente nado a la orilla para sentarse y segundos después Spreen cayó también.

— ¿Qué es esto, Spreen?

Pregunto de nuevo mientras examinaba la habitación, podía sentir la mirada del híbrido de oso en su nuca, pero decidió no voltear y seguir mirando la habitación.

Un par de cofres, algo que parecía ser un escritorio, y nada más, sin mencionar aquella puerta que se preguntaba que escondía.

— Mi oficina.

La imponente voz de Spreen hizo que saltará en su sitio, trago saliva y asintió.

— ¿Y para qué me trajiste a tú oficina?

Spreen paso a lado suyo quitándose la camisa, Quackity palidecio sin saber que decir o hacer, así que solamente miro hacia el suelo esperando que Spreen fuera rápido en su matanza y pudiera volver con Tilin.

— No quiero molestias de nadie. Ven aquí.

El menor trago saliva, su cuerpo no respondía.

Su vida estaba pasando frente a sus ojos lentamente, no se había despedido de su huevito, y aunque re aparecería en casa, le gustaba dramatizar un poco.

Quackity Bowl +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora