4 O'clock || CHANLIX

3. Corro Y Luego Existo.

¿Por qué estás llorando?
Tú y yo somos los únicos aquí.
Tu y yo.
Oh, tú.

Corre por su vida.

Corre porque si se detiene, posiblemente todo lo malo lo alcance. Pero contrario a como debería sentirse, asustado y con miedo, se siente bizarro* y alegre y no puede evitar reírse por la adrenalina en sus venas.

Le gusta jugar a las pillas, al ratón siendo perseguido por el gato y, cuando ya se siente que lo van alcanzar, convertirse en un tigre. Despedazar a todos los malos, ser invencible.

Piensa que de verdad le gusta correr, porque correr para él es como tener alas en los tobillos y se siente inalcanzable e inmortal. Ni siquiera la muerte puede alcanzarle cuando está corriendo con todas sus fuerzas y el pecho le arde, y se siente tan vivo, tan vivo, tan vivo como cuando Chan roza su mano con la suya, o se muerde el labio o está tan cerca, tan cerca de él que podría besarlo si tan sólo corriera un poco más...

Pero cuando llega al final del callejón, ve como el gato ya tiene otras personas ayudándole para su captura. Sabe que está jodido y que no tiene escapatoria.

— ¿Por qué no me sorprende que vengas con otros estúpidos Alfas? — exclama Felix, mirando a la Alfa del grupo de apoyo con tres Alfas más cortándole el paso. — Eres una cobarde.

—Encontrarte fue realmente fácil, Omega — se ríe secamente, para luego hacerse tronar los nudillos. —¿Quién te crees que eres, pedazo de basura con patas, para golpearme?, ¿Quieres morir?

Felix examina a los tres Alfas a su alrededor. Son mucho más altos que él, más musculosos y con una presencia amenazante que a su lobo le hace querer esconderse bajo el tapete. Pero les sonríe descaradamente, sudoroso, y se da cuenta que su olor empieza a ser notorio porque los alfas no dejan de olfatear el aire y a agitar sus hormonas haciendo que sus olores también se intensifiquen...

Incluso la Alfa que lo mira con odio empieza a excitarse con su olor, acercándose intimidantes a él.

—Déjame en paz gruñe — fuertemente Felix, quien retrocede a cada paso que dan. — ¿Por qué no aceptas que un Omega te pateó el trasero?, ¿Te gusta que te den por el culo, no?

Felix era un suicida, al instante en el cual dijo eso tenía la mano de la Alfa en el cuello, levantándolo del suelo y estampándole contra el alambrado.

—No sé si eres muy idiota o te gusta provocar, pero me sorprendes... — la Alfa acerca su rostro al cuello de Felix y empieza a olfatear fuertemente. — Hueles tan... bien, que es un verdadero desperdicio arruinar tu lindo rostro.

—Que te den.

Felix le escupe el rostro y patea su estómago violentamente mientras la Alfa se dobla en sí, cuando los tres van directamente a sujetar a Felix. Le propina un puñetazo a uno frente a él, mientras patea al otro a su derecha, pero el de la izquierda le tira del cabello arrastrándolo al suelo. La Alfa se para y empieza a patear su cuerpo tantas veces que Felix apenas alcanza a protegerse el estómago, cuando le da una patada en el mentón, provocando que se muerda un poco la lengua y empiece a salir sangre a borbotones.