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Acaricié la mejilla sonrojada de Noah quien tenía un hilo de saliva por lo dormido que estaba. Solo Sienna estaba jugando con las manos de Edward.
Jacob dormía en el sillón, Leah tenía un libro en sus manos, y aunque parecía que estaban enfocados en sus cosas, estaban al pendiente de lo que pasará con mis hijos.
Es lo único que agradezco.
—Nuestro turno ——Rosalie froto sus manos y las extendió hacia Sienna, Bella tomo a Noah con cuidado de no despertarlo.
—¿Donde duermen? ——pregunte.
—Con Edward, o a veces con Esme, conmigo o Bella.
—Espero Renesmee no sé sienta mal por eso. ——hable algo apenada por la hija de la castaña.
—Para nada. Le encanta pasar tiempo con ellos. ——sonreí enternecida. Alice apareció junto a los demás emocionada logrando que el alboroto despertara al bebé.
—¡Feliz cumpleaños primor! ——grito dándome un abrazo, yo fruncí el ceño.
—Deje de envejecer hace una semana.
—Igual celebraremos. No quiero ninguna excusa. ——ordeno. Me extendió unas llaves que tenían un moño rosa de adorno.
—¿Para que es? ——lo agarre.
—¡No seas curiosa!
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—¡Bienvenida a casa! ——mire con asombro nuestro nuevo hogar. Era bastante grande y tenía un patio de juegos para los niños.
—¿Que te parece? ——sonreí encantada.
—Es precioso.
—Si quieres cambiarle algo o la quieres un poco más grande podríamos hacerlo para mañana. ——negué, la acerque para darle un abrazo.
—Es perfecta. Gracias.
—No hay de que. ——se apartó con una sonrisa—— ¡Entren! ——Edward sujeto mí mano para entrar a la casa.
