Un esposo para Lady Vier [Shuumatsu no Valkirie]

01

Verona miró a su hermana y suspiró con fuerza, consciente de que era más fácil hablar con una pared. Ella era tan transparente como inaccesible. Apenas la veía sonreír o reír, pero Verona sabía del amor abnegado que sentía hacia ella, sus padres y sus sobrinos.

—Ha pasado mucho tiempo desde que estuviste casada. Sabes que Afrodita y Hera  tiene los ojos puestos en ti y podría sugerirte buenas opciones de matrimonio —le mencionó mientras ella se quedaba mirando su taza de té.

—No estoy interesada en volver a casarme. Ya lo he hecho tres veces y no me fue mal, lo admito. Fueron compañeros maravillosos, pero volver a casarme me asusta, si soy sincera —admitió.

Ver cómo la salud de sus esposos se deterioraba, envejeciendo sin poder hacer nada, fue doloroso. La tercera pérdida fue más dolorosa que las anteriores. Fueron 53 años maravillosos, una fracción de años que no significaba nada para ella, siendo inmortal y teniendo una vida bastante larga. Era la menor entre varias divinidades, contando con solo 493 años.

—No puedo entenderte del todo. Yo solo me he casado una vez y seguimos juntos después de varios siglos, pero no debes tener miedo al amor. Prefiero verte casada con alguien a quien ames, que verte casada con alguien que realmente no ames y que haya sido impuesto por otros —trató de persuadirla mientras observaba cómo la rubia se encogía de hombros.

Sabía bien de lo que hablaba. Las dos tenían el don de la clarividencia. Hace días había tenido varias visiones del futuro. Ella se encontraba inquieta por ellas; el problema no era solo el matrimonio, sino lo que estaba por venir.

—Lo sé...

—Debes tener muchas cosas en mente, ¿no es así? Lo siento por haber sido de ayuda para encontrar los cuerpos de Erim, Rylim y Arim —se lamentó, mientras ella negaba con la cabeza.

—No lo lamentes. Sabía que sería difícil. Si nuestro padre no pudo resolver este asunto en siete siglos, era obvio que no se podría resolver fácilmente —mencionó con angustia.

Su familia por siglos había estado ignorando ese problema, pero la capacidad en la sangre de su familia de revivir a cualquier ser, crear vida y también funcionar como un potente veneno para cualquier tipo de vida, dependiendo de las emociones que desprendas al haber sido tomada la muestra de sangre, estaba creando demasiados problemas en el Midgard. Así que tendría que empezar a moverse para obtener resultados más satisfactorios.

Los cuerpos de su familia no tenían el mismo proceso de descomposición. Ni siquiera sabía si podía llamarse una muerte como tal, ya que entraban en estado de coma donde su cuerpo seguía bombeando sangre, pero no podían despertar. Tampoco su alma podía ir al Valhalla a descansar. Sería un proceso de rastreo difícil.

—Deberías mostrar más tu rostro, (__). No entiendo por qué sigues las viejas costumbres de la familia —desvió el tema, como siempre solía hacer. Siempre cambiaba los temas para hacer hablar a la menor. Si seguían hablando del mismo tema, sabía que empezaría a responder de forma más monótona y corta.