12

361 34 12
                                    

Vegeta's POV.

El viaje hasta mi piso fue silencioso, tenso y largo. Casi no habíamos hablado en todo el trayecto y eso me hacía sentir extraño. Sabía que Gokū no era de muchas palabras, incluso podía notar que le costaba iniciar una conversación. Pero era la primera vez que tardábamos tanto en romper el hielo. Pestañeé lento mirando por la ventanilla, deseando que aquel incómodo momento finalizase. ¡Vamos, no era tan difícil hablar, joder, que me gusta tu voz! Cuando llegamos a mi acogedor barrio, Gokū aparcó en batería detrás de una furgoneta algo vieja y con las esquinas oxidadas. Puso el intermitente y relajó su cuerpo.

—Hemos llegado —habló al fin.

—Muchas gracias por traerme. No tenías porqué.

—No es nada.

Le miré como si viese por primera vez aquellos ojos grises tan inusuales. No eran claros, ni de lejos. Eran de un color apagado, que se iban oscureciendo alrededor de su pupila. No entendía porqué me gustaba tanto. Sólo nos conocíamos de tres semanas y poco, ¿cómo era eso posible? Él también me miraba, aunque deduje que no sólo se enfocaba en mis ojos, sino en la totalidad de mi rostro. A ver, considero que no soy feo, pero tampoco es que sea un adonis como él. Gokū era atractivo incluso sin querer serlo; da igual lo que hiciera, cómo se vistiese o si no lo hacía. Sūn Gokū era el boxeador invicto más bello que había visto nunca. «El sábado tengo competición», me dijo, sacándome de mi trance. Yo fruncí mi ceño sin entenderle. ¿Acaso quiere que le acompañe?

—Lo sé... Lo dijo Katayude.

Estábamos dentro de su coche aún. Un McLaren 650S Coupé negro que recién se había lanzado. Era espacioso y se veía a simple vista que estaba hecho para la élite. Me sentía algo incómodo, porque no quería mancharlo con mis zapatos (eran los que más usaba para el trabajo).

—¿Vas a venir a verme?

Me pilló desprevenido. ¿Cómo me pedía algo así? No habíamos intercambiado más de cuatro frases seguidas, y a lo más lejos que hemos llegado era tener sexo en dos ocasiones.

—¿Y para qué querrías que fuera?

—Lo hago como invitación. Por si querías ver una pelea en directo.

—N-No creo encajar en ese tipo de sitios. ¿Me has visto? Se reirían de mí.

—¿Y quién te asegura que voy a dejar que hagan eso?

«No puede ser, Sūn Gokū siendo cariñoso... ¿conmigo? Deben de ser imaginaciones tuyas, Vegeta», me dije poniéndome rojo de tan sólo pensar que él podría sentir algo por mí. Pero todos sabemos que no. Sólo miradlo. Él es un Dios griego, perfecto y jamás estaría con alguien como yo.

—Bu-Bueno... He de irme. Muchas gracias de nuevo —me giré en mi asiento para abrir la puerta, pero una mano me detuvo al agarrarme del brazo. Miré a Gokū, quien se hubo quitado el cinturón de seguridad, y me acercó a su cuerpo haciendo que cerrase de nuevo la puerta que no había soltado—. ¿Qué...Qué es lo que haces?

—Quiero follar.

Me sonrojé. «¿¡Otra vez!? Dios, parece un animal en celo», pensé abriendo los ojos.

—Ya lo hemos hecho.

—Anoche.

—¿Y qué?

—Que quiero hacerte mío de nuevo.

—¿En tu coche? ¡Ni hablar! —Le espeté poniendo mis manos en sus pectorales—. Pueden vernos.

—¿Eso es lo que te preocupa? —Su rostro estaba cerca. Por favor..., no te acerques más que si no te beso.

Heal Me [Kakavege Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora