Soy prisionera, y no no estoy en la cárcel ni el un psiquiátrico, simplemente soy prisionera de mis padres. Yo no tengo voz ni voto, no me puedo quejar de nada y lo todo lo que yo hago en casa como hacer de comer, limpiar, recoger, alimentar y bañar al perro no es válido y no me puedo quejar del cansancio, soy ama de casa de mis propios padres y hermano, para ellos lo que yo hago es el mínimo y ni siquiera merezco salir con mis amigos, quisiera poder irme muy lejos, quisiera poder escapar pero no tengo a donde ir, no tengo desahogo, ya no puedo llorar de tanto que contengo las lágrimas, de tanto que evito sentirme mal porque mis sentimientos aquí no son válidos, porque hay más personas afuera sufriendo y mi sufrir es solo flojera, porque soy inútil y no puedo hacer las cosas bien.
Quisiera poder dejar de ser prisionera, pero la única forma que veo de poder huir es la muerte...
ESTÁS LEYENDO
Cada vez que despierto.
PoesíaAl despertar siento ese vacío dentro de mi, cada vez que se termina mi sueño, mi triste realidad esta ahí esperándome, ¿tengo que despertar? No quiero hacerlo, solo me queda escribir todo aquello que siento cuando mis ojos se abren en la mañana.