Capitulo 11

156 14 1
                                    

...

Despertaste por las pequeñas y delicadas pisadas que sentiste en tu cama. Estabas acostada boca arriba, así que no hiciste ningún esfuerzo en moverte más que abrir ligeramente los ojos. Tu amada mascota Pandora se acercaba poco a poco, olfateando a su alrededor y a su vez haciendo más presente el sonido de sus ronroneos.

La felina se detuvo a olfatear un aroma que no había percibido desde hace mucho, y al reconocer a ese hombre tan familiar no dudó en empezar a suavemente acariciar con su melena la desnuda y fornida espalda de este, quien estaba profundamente dormido boca abajo.

Bostezaste tallándote lo ojos mientras despertabas completamente y te sentadas en la cama. El chico abrazaba una almohada con la que recargaba su cabeza y su rostro miraba a otra dirección, por lo que solo podías ver su cabello todo despeinado. Sus brazos inferiores descansaban en cualquier posición que su inconsciente colocó mientras dormía.

Veías detalladamente su espalda la cual subía y bajaba al son de su tranquila respiración. Había crecido y hecho más fornido desde que tu y el terminaron, al igual que su cabello que estaba ligeramente más largo.

Las sábanas cubrían parte de su cadera, glúteos y femorales. Dejando a la vista lo necesario para dar a entender que el chico estaba completamente desnudo a tu lado. Entonces recordaste con claridad todo lo qué pasó a noche.

Los sollozos se convirtieron en besos nostálgicos, y los besos nostálgicos se convirtieron en caricias. Sus cuerpos y almas se extrañaban mutuamente y por primera vez después de mucho tiempo se volvieron a unir. Para tu sorpresa, en ningún momento fue rudo o agresivo contigo como siempre lo solía ser, de hecho fue todo lo contrario, te tocaba con delicadeza y dulzura sin separar sus labios de los tuyos. Te conocía tan bien que podía generarte suspiros con solo rozar o besar ciertas partes de tu cuerpo, al igual que tu con el.

Lo miraste por quien sabe cuanto tiempo, calculando si estuvo bien o mal lo que hiciste. Te sentías mal por tu relación con Buda pero te sentías bien al tener a Shiva a tu lado. Era un juego de sentimientos que no entendías e intentabas controlar.

Por otro lado, tu gatita camino hasta quedar frente a frente con el morado, acostándose y cerrando sus ojitos. Sonreíste inconscientemente al presenciar eso, pero te pusiste nerviosa al ver como el chico alzaba su mano para comenzar a acariciarla. Esta respondió ronroneando una vez mas.

Shiva: Al parecer tu también me extrañabas... -Dijo al unísono que Pandora comenzaba a lamer uno de sus dedos.

Duraron varios segundos en silencio, ambos no sabían qué decirse o como reaccionar, así que solo se limitaron a acompañarse mutuamente en la cama sin hacer presencia de ningún otro sonido que no sea su respiración.

Sentiste pegajosa tu espalda al querer moverte y cerraste tus ojos avergonzada al recordar que los fluidos de tu acompañante se habían derramado ahí. Te levantaste en camino a tu baño con intención de tomarte un ducha pero al entrar te percataste que no había jabón. Suspiraste fastidiosamente. Era el primer sábado del mes y se restablecían todas las cosas que estaban por expirar o terminaste en la casa.

Tomaste una bolsa de toallas húmedas y te acercaste a tu tocador, comenzando a limpiar los restos de ayer, o mas bien intentando, ya que no podías alcanzar bien el punto predominante. Hiciste una mueca fastidiada, rindiéndote y enderezando tu postura. Tendrías que esperar hasta la tarde para poder bañarte.

Tus ojos se desviaron atrás tuyo cuando viste y escuchaste como el se levantaba de tu cama. Lo seguiste con la mirada hasta que se puso atrás tuyo. Tomó tu mano con delicadeza para que le dieras esa toalla, algo que hiciste sin cuestionarlo, para después sentarse en la silla del tocador y comenzar a limpiar tu espalda mientras que con la otra mano sujetaba tu cintura.

OPUESTOS • SNV FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora