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Park​ ​Sunghoon, un agradable alfa de tan solo dieciocho años, excelente estudiante y patinador profesional, era el orgullo de sus padres y de su preparatoria, hijo único de Park​ Jimin y Park​ chanyeol, famosos empresarios de Corea del Sur.

Tenía un limitado círculo de amigos, era un poco quisquilloso cuando se trataba de la personas que lo rodeaban, muchos de ellos solo se acercaban con el fin de gozar de los privilegios que este poseía algo que le parecía bastante patético.

Solo tenía tres amigos,todos alfas, tres amigos que estaban en las buenas y en las malas. Choi Heeseung, Sim jake y Park​ Jongseong, ellos eran la definición de la famosa frase que las madres decían constantemente a sus hijos "Si tus amigos se lanzan de un puente ¿Tú también lo harías?" la respuesta siempre sería "sí".

La mayoría del tiempo se hacían las tareas en la casa de sunghoon pero hacían todo menos la tarea, un día de relajo no le hacía mal a nadie porque tenían una meta, la meta era graduarse de la preparatoria e irse a la universidad juntos, estudiarían medicina humana y se graduarían juntos de nuevo.

La mayoría de los alfas y omegas tenían por meta encontrar a su pareja de vida pero Sunghoon no estaba desesperado por ello, sabía que llegaría en algún momento y creía estar preparado para ello, lo cortejaría de la forma correcta.

Fue criado en un ambiente lleno de amor y atención, se enamoró de la relación de sus padres, ellos eran la definición de "amor verdadero". Su padre se aseguraba de no lastimar a su padre omega, y si sucedía algún problema lo arreglaban de la mejor manera posible, jamás escuchó gritos o algo parecido y apesar de que sus padres eran personas que trabajaban bastante jamás lo dejaron de lado así que se sentía lleno de amor hasta el día de hoy.

Su vida no era tan complicada pero eso no significaba que no se esforzaba diariamente, estudiaba arduamente porque sabía que en el futuro muchas vidas estarían en sus manos, también entrenaba constantemente y cada día que lo hacía trataba de perfeccionar su patinaje sobre hielo, cayó muchas veces, llegó a casa lastimado en muchas ocasiones y aunque dolía con el pasar de los días sanaba, volvía a intentarlo hasta que la pista se conviertió en su pequeña utopía.

Iba ahí cada vez que sentía que no podía continuar, como toda persona también tenía sus días malos pero al tener a sus padres y amigos al lado esos pensamientos dejaban de ser una molestia y se convertían en nada.

Todo estaba bien, realmente lo estaba hasta que Heeseung les pidió hacer la tarea en su casa porque tenía que cuidar a su hermano. Su amigo tenía un pequeño hermano, un hermano que él jamás prestó atención porque en todos esos años de amistad con Heeseung sólo vió al pequeño unas dos veces pero no es como si fuera importante, sólo era el hermano de uno de sus amigos y no tenía porque desvivirse por ello.

La cita era en la tarde así que le dió tiempo de arreglarse, sus padres se habían ido a un viaje negocios, al ser ya un joven ellos entendieron que él no necesitaba los cuidados de hace años así que le confiaban la casa.

Cuando la hora llegó salió directo a la casa de Heeseung, aveces era puntual y aveces no, todo dependía de su estado de ánimo y este día su estado era bueno, realmente, y no entendía la razón no había porque ponerse tan felices solo iría a hacer una tarea pero su lobo parecía tener otras razones, podía sentir que este estaba demasiado feliz moviendo la cola y rasgaba su interior, tenía una buena relación con su lado animal pero aveces este se ponía intenso y no le daba ningún explicación.

Tocó el timbre unas dos veces hasta que la señora Mina le abrió la puerta y lo invitó a pasar, se adentró en la casa como si fuera la suya, no pasó mucho cuando Heeseung bajó.

— Tan puntual — Se burló levemente.

— ¿Llegué muy rápido? — Alzó una de sus cejas — ¿Los demás?.

Dulce omega [ Sunsun Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora