XXVII

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Jaz



- Okey... tu te encargas de los resúmenes y yo de dibujar, ya que yo no soy buena en ello- explico ella a la vez que saca sus colores y fibrones sobre la cartulina blanca

Y era verdad, si fuera por ella escribiría todo un párrafo en lugar de resumir.

- Está bien, pero tu tienes mejor letra que yo, así que te encargas de escribirlo en la cartulina- dije

- Entonces tu pintas y estamos a mano.

- De acuerdo.

Una vez comenzamos con nuestro trabajo práctico, las horas pasaron volando al punto de que no había notado que ya había anochecido.

Era agradable estudiar con ella, me alegra saber que no sería yo la que haría la mayoría de trabajo como me suele pasar con otros compañeros .

-¡Listo!- exclama soltando su fibra negra apenas termino de escribir todo

Suspiro - Al fin. . Oye ¿sabes qué hora es?

- Son...- ella busca su celular y después de encontrarlo debajo de la cartulina alza ambas cejas con sorpresa
- Son las nueve y treinta de la noche.

- Dios, es muy tarde, tengo
que irme- le dije y rápidamente comencé a guardar mis cosas en la mochila

-¿Acaso te castigarán o algo así?- alza una ceja

- No lo entiendes, se enojara si llego tarde-le dije terminando de guardar las cosas con prisa

-¿Quién?

- Mi pa..- me quedé callada al darme cuenta de lo que iba a decir, pasé saliva con una sensación amarga en mi estómago - Mi... no importa, ya tengo que irme.

Me puse mi mochila dispuesta a irme pero antes de cruzar la puerta su mano sujetó mi brazo, la mire .

— Oye... tranquila, sé de tu pérdida — me dijo en un tono calmado
— Ya sabes, rumores.— agregó ante mi expresión

Claramente no podría ocultarlo por siempre, ella tarde o temprano hablaría del tema..

Solté un suspiro y giré quedando cara a cara con ella. Tiene lindos lentes...

— Por favor, no me des el típico discurso de consuelo. Eso solo me hará empeorar— le pedí con una mirada algo triste

Ella esboza una sonrisa cálida para después envolverme con sus brazos en un abrazo que hace tiempo esperaba recibir pero el de alguien más que nunca llegó.

Conteniendo las lágrimas deje caer mi mochila al suelo y luego envolvi mis brazos en su cintura a la vez que oculto mi rostro en el hueco de su cuello. Rendida, herida...

— No tienes que fingir nada, puedes llorar, yo estaré contigo — sus palabras fueron la gota que derramó el vaso; solté las lágrimas que retuve hace días y solo me dejé caer en sus brazos, entendiendo que si quería superar esto no podía hacerlo sola.. ni aparentando ser fuerte; no lo era

— Él ya no está, Dani, estoy sola..— dije en un hilo de voz, mojando su camiseta gris con mis lágrimas

— Shh.. ya pasará — me consoló acariciando mi cabello y no supe lo mucho que necesitaba serlo hasta ahora — Somos amigas ahora, no tienes que pasar por esto tu sola. ¿Okey?— agregó y de repente me sentí segura en sus brazos — Yo estaré para lo que necesites, te apoyaré y cuidaré ¿bien?— sus palabras lograron hacerme sentir mejor, cuidada, que le importaba a alguien de una forma sincera

Nos quedamos así unos largos minutos hasta que me calme, antes de mirarla limpie mis mocos y lágrimas ya que no quería verme tan mal y luego le sonreí agradecida.

— Te lo agradezco, en serio, Dani— le dije con un suspiro, sintiéndome más ligera

— Estoy para lo que necesites — respondió relajada, aunque limpiando sus lagrimas  y le sonreí enternecida
— No me preguntes si llore porque volveré a llorar y no quiero— advirtió con su voz ligeramente temblorosa

Reí — Está bien, no preguntaré ni diré nada.

Ella me mira por unos segundos, y solo puedo preguntarme si lloro conmigo, o lloró por otras cosas que aún no me cuenta...

— Te quiero— confesé en voz alta

Silencio

No pude evitar sonrojarme de pena al pensar que lo dije en un momento de debilidad y no porque verdaderamente lo sentía. Además del hecho que ella no dijo nada.

— Okey... ya me voy— dije sin saber qué hacer

— Espera, si quieres puedes quedarte a dormir— sugirió rápidamente

—¿Estás segura?— pregunté con el ceño fruncido

Se encoje de hombros, esbozando una leve sonrisa

— Así lloramos juntas— respondió
— Dios, eso suena tan triste— agregó con una risa marga

— Y es la realidad, ¿o no?— dije dando un paso más al frente

— Si... nuestra triste realidad— dijo, dando otro paso más adelante, quedando a centímetros de distancia de mí

Mantuvimos un intenso contacto visual, y no sé, se sintió extraño.

Fue como si en esos segundos pudiéramos ver a través de los ojos de la otra su alma, como si sin decir nada entendiéramos el dolor de la otra.

Inevitablemente, nos volvimos a abrazar y ahí lo confirmé; ella podría llegar a ser la persona más importante para mí ahora..
























°La Mejor Amiga De Mi Hermano° #1 [LGBT] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora