El Gran Ratón Detective (Basil x T/n)

🐭Capítulo 3🔍: Ratigan

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{POV En tercera persona}

Dentro de una prisión, en lo profundo de las alcantarillas de Londres, había un robot mecánico sirviendo té. Flaversham estaba trabajando en el podio, controlando los movimientos. Ratigan estaba parado en la puerta, observando el progreso. Éste se rio maliciosamente.

Ratigan: Un plan bastante ingenioso, ¿eh, Flaversham? ¿Y no estás orgulloso de ser parte de él?

Sr.Flaversham: Todo esto... ¡es-es-es monstruoso -  exclamó mientras controlaba el robot para verter una cucharada de azúcar en la taza de té y revolverla.

Ratigan: Tendremos nuestro dispositivo listo para mañana por la noche, ¿no? ¿Sabes lo que sucederá si... fallas? - le preguntó, mientras sostenía una pequeña campana de oro. Lo tocó una vez, pero en lugar de tener miedo, Flaversham se enfadó y se mostró desafiante.

Sr.Flaversham: ¡N-N-No me importa! - Gritó y tiró de los controles, con fuerza, haciendo que el robot volcara el té sobre su cabeza. El robot agarró la tetera y también la vertió sobre su cabeza, luego la lanzó hacia Ratigan, quien la esquivó justo a tiempo.

El robot se agitó por unos momentos y luego se detuvo repentinamente, pero no antes de entrecerrar los ojos y derramar aceite, que cayó sobre el abrigo de Ratigan. Él frunció el ceño mientras observaba la mancha resultante.

Sr.Flaversham: Puedes hacer lo que quieras conmigo. ¡Ya no seré parte de esto... esto... esta su maldad! - Ratigan se limpió el aceite de su abrigo, exhaló el humo de su cigarrillo y sonrió.

Ratigan: Mmm... muy bien. Si esa es tu decisión. Oh, uh, por cierto, me estoy tomando la libertad de traer a tus hijas aquí. - Dijo, guardandose la ira, luego tomó la muñeca bailarina de Olivia y le dió cuerda.

Sr.Flaversham: ¿O-Olivia? T/N? - preguntó, el miedo creciendo en su corazón.

Ratigan: Sí. Hm-hm, sí - dijo mientras dejaba la muñeca y la veía bailar. - Pasaría muchas noches sin dormir por cualquier cosa que les sucediera - Dijo, burlonamente.

Sr.Flaversham: Tú... ¿no lo harías? - preguntó, temeroso. Ratigan levanta la muñeca y la aprieta hasta que se rompe. Lo mira con fingida pena y luego se lanza amenazadoramente contra Flaversham.

Ratigan: ¡TERMINALO, FLAVERSHAM! - Gritó, se dió vuelta y salió por la puerta mientras Flaversham, con el corazón apesadumbrado, hace lo que le dicen.

Ratigan: Oh, me encanta cuando soy desagradable - dijo mientras escribía una lista. Miró por encima de la entrada a otro barril, donde Fidget estaba colgando de un grifo, durmiendo - ¿Fidget? - llamó pero Fidget no se despierta - ¡FIDGET! - gritó. Asustado, el murciélago cae de su posición y rueda por las escaleras a los pies de Ratigan.

Ratigan: Listo y alerta como siempre. Aquí está la lista. ¡Sabes qué hacer y no cometas errores! - Le dijo a Fidget, quien toma el papel y lo mira.

Fidget: No, no. Sin errores, señor. Herramientas, engranajes, chicas, uniformes... - dijo leyendo la lista.

Ratigan: ¡VETE YA FIDGET! - gritó.

Fidget: ¡Me voy, me voy! ¡Me voy! - dijo y corrió hacia un desagüe, lo levantó y desapareció debajo.

Dentro del barril, Ratigan se acercó a su trono, siendo aclamado por sus hombres. Se sentó y sacó un cigarrillo, varias manos le ofrecieron fósforos encendidos, lo encendió e inhaló, expulsando varios anillos de humo.

Ratigan: Amigos míos, estamos a punto de embarcarnos en el plan más odioso, más malvado, más diabólico de mi ilustre carrera. Un crimen que supera a todos los crímenes... ¡un crimen que vivirá en la infamia! - dijo y sus hombres vitorearon, bueno, todos menos uno, llamado Bartholomew, cuya atención se centraba en su taza vacía.

Lo sostuvo boca abajo y observó, con tristeza, cómo la última gota de cerveza caía al suelo. Ratigan sostiene un periódico con la foto de la Reina en la portada.

Ratigan: Mañana por la noche, nuestra amada monarca celebra su Jubileo de Diamante y... con la ayuda entusiasta de nuestro buen amigo, el Sr. Flaversham, promete ser una noche que nunca olvidará - dijo y quemó la imagen de la Reina con su cigarrillo y sus hombres se rieron y aplaudieron.

Ratigan: ¡Su última noche y la primera mía, como soberano supremo de todo el reino de los ratones! - exclamó y todos sus hombres comenzaron a animar nuevamente mientras Ratigan paseaba por la alfombra roja y un foco lo iluminaba. Uno de los hombres le entregó un sombrero de copa y él se lo puso en la cabeza mientras se reía.

(Sinseramente me dió flojera escribir toda la cancion xd)

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