Capítulo 1: Una sombra sobre la vida de Ana
Ana era una adolescente de dieciséis años con un oscuro secreto. No se sentía feliz en absoluto, a pesar de que por fuera parecía una chica normal y corriente. Tenía una sonrisa encantadora, un cabello largo y sedoso, y unos ojos color miel que brillaban con intensidad cuando estaba contenta. Pero todo eso era solo una fachada. Por dentro, Ana se sentía vacía, sin vida, y desesperada.
Desde hacía varios meses, Ana había estado luchando contra la depresión. No sabía cómo explicarlo, pero se sentía triste y sola todo el tiempo. A menudo se encontraba llorando sin razón aparente, y no tenía ganas de hacer nada. Ni siquiera sus pasatiempos favoritos, como leer o dibujar, le hacían sentir mejor. Sentía que su vida no tenía sentido, y que todo lo que hacía era inútil.
Los pensamientos suicidas habían comenzado a rondar por su cabeza. A menudo se preguntaba si su vida merecía la pena, y si sería mejor para todos si simplemente se marchara. Pero había algo que la mantenía aferrada a la vida: su hermana mayor, Sofía.
Sofía era la única persona en el mundo que Ana sabía que la amaba incondicionalmente. Había sido su apoyo desde que eran pequeñas, y siempre había estado ahí para ella en los momentos difíciles. Ana sabía que no podía hacerle eso a Sofía, que no podía dejarla sola en este mundo. Pero a veces, en los días más oscuros, incluso eso no parecía suficiente para mantenerla a flote.
Un día después de la escuela, mientras Ana caminaba por el parque, comenzó a sentir el peso del mundo sobre sus hombros. Se detuvo en una colina cerca del centro del parque y miró hacia abajo, hacia el lago que brillaba bajo el sol de la tarde. Por un momento, se sintió tentada a lanzarse al agua y dejar que la corriente la arrastrara lejos.
Pero entonces, la voz de Sofía sonó en su cabeza. "Te quiero, hermanita. Eres lo más importante para mí en este mundo. No te rindas nunca". Y en ese momento, Ana tomó la decisión de luchar. Sabía que no sería fácil, pero estaba decidida a hacer todo lo que estuviera en su poder para superar su depresión y volver a ser feliz.
Cuando llegó a casa esa tarde, buscó a Sofía y le contó todo lo que había estado sintiendo. Sofía escuchó con atención y la abrazó con fuerza. "No estás sola, Ana. Vamos a superar esto juntas". Y Ana supo que, con el amor y el apoyo de su hermana, podría enfrentarse a cualquier cosa que la vida le pusiera por delante.