hanma shuji | tr

3K 193 16
                                    

Lo mirabas en la salida de la escuela, recargado en su moto, con las cejas un poco alzadas, esperando cualquier movimiento tuyo, bueno o malo te daría una sonrisa burlona, así es él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo mirabas en la salida de la escuela, recargado en su moto, con las cejas un poco alzadas, esperando cualquier movimiento tuyo, bueno o malo te daría una sonrisa burlona, así es él.
Un poco mayor que tú, con mala reputación y demasiadas chicas detrás de él llorando por lo destrozada que les dejó la vida.

Pero a tí te encantaba esa sensación de peligro, como te acorralaba contra la pared solo para respirar cerca de tus labios y nunca besarte, como nunca dudaba en tomar tu cuello con fuerza cada que se lo pedías, tus piernas temblorosas al verlo recorrer tu cuerpo de pies a cabeza.

Te quería coger y tú querías que pasara,
Por eso no te negaste cuando bajó tu mini falda y acarició tu coño ya mojado por él, ni si quiera podías reclamar por lo repentino que fue todo, te daría vergüenza después de haberle coqueteado por tanto tiempo, después de haber meneado tu faldita corta en su cara.
Agradecida estabas con tu hermano por traer a este peligroso chico a tu vida.

-Alguien va a vernos. -dijiste mientras mirabas sus ojos, él ni si quiera vió a los lados para comprobar, le encantaba poner a prueba tus límites.

Realmente no te importaba si alguien te viera en esas situación, porque cuando estabas con Hanma te hacía querer hacer cosas que no son correctas.

Te obligó a separar las piernas, tu faldita y bragas quedaron bajo la bota de Hanma, el chico puso un dedo en tu clitoris palpitante.

--Por qué tú respiración es tan fuerte? Ni si quiera te he tocado bien, -susurró en tu oído, su aliento caliente erizó tu piel y te hizo apretar los dedos de las manos, tus palmas sudorosas por su presencia.

Comenzó a masajear en círculos, nunca habías tenido un encuentro así, tu corazón palpitaba y querías huir de la vergüenza pero te mantenías firme.

El primer gemido salió de tus labios justo después de que te dió cariño, los nervios a flor de piel cada que sentías su nariz chocar con tu hombro.

Hanma sabía cómo te sentías, había hecho sentir así a muchas chicas antes de tí, amaba como se sentía verte completamente nerviosa y temblorosa ante su más mínimo toque.

Sus dedos ya se encontraban empapados por tu esencia, eso solo hacía más fácil el trabajo, movía los dedos de lado a lado rápidamente y luego paraba para empujar un poco el pequeño botón entre tus pliegues.

Sacó los dedos de ahí, miraste como su mano subía hasta llegar a su boca, metió ambos dedos a su boca y luego los sacó causando un pequeño "pop" en sus labios.

-Me estás mirando muy extraño, ¿quieres probar un poco? -negaste pero Hanma puso su pulgar en tus labios y los separó, los acarició levemente y se acercó a tí para unir sus bocas.

Besó tus labios con lentitud, sabiendo que eras inexperta, no sabías ni donde poner las manos, por ello las tomó y puso detrás de tu espalda como si estuvieras esposada.

Jaló tus brazos un poco hacia abajo y siguió besándote, causando que sus pechos se pegaran y pudiera sentir tus pezones ya duros por el contacto.

Querías ser su chica, que solo fuera tuyo y no te dejara después de esto, pero sabias que Hanma solo quería una cosa, te estuvo cazando por semanas, aumentando la tensión sexual hasta que en un punto esta llegó a su límite y terminaron así, iba a comerte y luego dejarte, lo sabías bien.

Dejó de besarte después de algunos minutos, sentías tu labio inferior adolorido y punzante, miraste atentamente al mayor, ¿cuál sería su siguiente movimiento?

Tu mirada se fue bajando poco a poco, ahora él estaba de rodillas, a la altura de tu feminidad.
Se acercó a ella y entre abrió los labios, el suave músculo de su lengua te acarició, gemiste ante ello y Hanma sonrió entre tus piernas, la vibración de su risa te hizo mirarlo, le daba risa lo exagerada que podías ser a veces.

Tomaste su cabello perfectamente peinado y apretaste su cabeza a tu coño en venganza, no protestó, como un chico bien portado se sostuvo de tus piernas y movió la cabeza de arriba a abajo mientras lamía y chupaba tu coño, tenía tanta experiencia en lo que hacía que te daba vergüenza la poca experiencia sexual que tú tenías.

Tu espalda se arqueó y apretaste los ojos, Hanma seguía chupando tu clítoris, respirabas mal, lo único que salía de tu boca eran lentos "ay, ay" mientras movias las caderas poco a poco en su boca.

Tu coño se apretaba a la nada, necesitabas algo dentro de tí, solo imaginabas lo bien que se sentiría apretar tus paredes con algo metido entre ellas.

Hanma apartó su cabeza de tí, seguías con los ojos cerrados por lo que solo sentiste algo más duro acariciar su clítoris, entre abriste los ojos y viste dos de sus dedos introducirse en tí, automáticamente apretaste tus paredes y gemiste, Hanma orgulloso volvió a lamerte pero ahora con sus dedos moviéndose en círculos dentro de tí.

Tenías los dedos pegados a la pared y los pies de puntas, la lengua eléctrica de Hanma no te dejaba pensar, sus dedos moviéndose perfectamente dentro de tí mientras su risa vibraba contra tí, con su mano desocupada montó una de tus piernas en su espalda, el sonido de su palma azotando en tu trasero inundó el pasillo, apretaba este como si fuera una bolita de masa indolora.

Mientras más golpeaba el dolor se hacía ardiente, gritos ahogados salían de tu boca y tus mejillas se empapaban de lágrimas, placer y dolor, el ardor de las nalgadas era compensado con su lengua y dedos.

Sabías que Hanma era un experto en destruir vidas y corazones, arrasaba con todo como un tsunami, pero también sabías que todas las chicas a las que había lastimado darían sus vidas a cambio de ser tú, a cambio de volver a tener a Hanma entre sus piernas.

No pudiste retrasar el orgasmo, Hanma seguía golpeando tu trasero y sus hábiles dedos masturbaban tu entrada mojada, tensaste tus piernas tratando de mantener ese placer tan rico que sentiste al llegar.

Hanma esperó a que tu orgasmo terminara para separarse de tí, limpió la comisura de sus labios con su pulgar y aún en el suelo te sonrió.

Tal vez no iba a dejarte después de esto.

R.I.P THAT P*SSY | one shots animeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora