Capitulo 1: Normalidad

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Tristes sollozos que provenían de la habitación, hacia mas de dos semanas que todos habían vuelto, pero también semanas que fueron duras, el creía que nadie sabia, pues aprovechaba la soledad para reconfortarse, llorar por lo sucedido en la guerra de marineford lo hacía sentir mejor, todo sucedió muy rápido que no tuvo tiempo para llorar la perdida de su hermano, después de aquel suceso había decidido volverse fuerte así que cegado por aquella promesa dejo de lado los tristes recuerdos de aquel día. Pero no era un robot, así que ya en la estancia a sabiendas que podía descansar, lloraba constantemente recuperando aquellos recuerdos que lo llevaban sin darse cuenta a un cruel abismo.

El día llego, abrió los ojos topándose con el techo, la radiante luz del sol entraba por la pequeña ventana de aquel pequeño cuarto, dio un suspiro, bajo la cama y salió de la habitación encontrándose con el gran sol que iluminaba la pacifica mañana.

«¿Dónde estarán todos?»

Pensó para si mismo, sus ojos veían el barco sin hallar a alguien, supuso que estarían desayunando así que bajo con rumbo a la cocina, allí su suposición era verdad, con una gran sonrisa característica de él, entro por la puerta saludando a todos, noto rápidamente miradas que no logro descifrar.

—¿Eh, sucede algo? —Pregunto sentándose su lugar, el lugar del capitán.

—Nada, pareces más alegre hoy—Respondió Zoro con su característica indiferencia.

—Oh, tampoco es tan extraño verlo así—Repuso un pequeño reno con una sonrisa nerviosa.

Tras ese momento extraño hizo una pequeña pregunta, ciertamente allí se encontraban todos excepto alguien, le pareció extraño, pero algo dentro suyo le hizo abrir la boca.

—Oigan. ¿Y Nami? —Pregunto con un trozo de carne en su boca.

—Amaneció con fiebre. Posiblemente un refriado, el tiempo de el Nuevo mundo son muy dañinos—Respondió Chopper a la pregunta de su capitán sin prestar mucha atención.

—Oh, ya veo—Dijo mientras comía de forma aparentemente normal.

Con las miradas de sus Nakamas, se levantó primero, miro a sanji por unos segundos pensando en que decir.

—Oe, Sanji el desayuno de Na—Sin poder continuar con su pregunta, pues el rubio le había interrumpido.

—En la barra—Respondió el rubio apuntando a la barra de la cocina.

Luffy tomo el plato y salió de la cocina, la mayoría extrañados del comportamiento de su capitán, excepto dos, Robin que solo tenia una sonrisa divertida en su rostro y el cocinero que posaba de una mirada derrotada.

Tras llegar al cuarto medico de Chopper, toco entes de entrar, al recibir la señal para poder pasar, lo hizo sin dudar, el rostro de la chica postrada en la cama fue de sorpresa.

—¿Luffy? — Pregunto extrañada, posando sus ojos en el plato que el pelinegro poseía se había hecho una linda idea.

—Me enteré de que te enfermaste, así que te traje el desayuno—Explico quitándole la duda que el rostro de la chica mostraba, ese sentimiento de duda se esfumo y una sonrisa de gratitud se formó.

—Gracias—Respondió con un tono de felicidad.

—Me quedare hasta que lo comas todo—Vio en aquel bello rostro reproche así que continuo—No me iré hasta que termines—Especifico con seriedad.

—Ni que hacer—Respondió mientras negaba con su cabeza—Gracias por preocuparte de mí—Dicho esto procedió a desayunar.

No sabría explicar la tranquilidad que la Navegante y el Capitán sentían, podrían jurar que hasta hace unos años atrás estar sin hablar seria mas que incomodo, pero ahora era distinto, se notaba una tranquilidad, algo especial, distinto a estar con alguien mas de la tripulación, le agradaba estar así. Pero una pregunta salió de su boca sin siquiera pensar.

—Oe, Luffy. ¿Por qué lloras en las noches? —Un tono de curiosidad, preocupación y tristeza en aquella pregunta que al darse cuenta de lo preguntado intento cambiar el tema—Oh, veras yo no—La voz de su capitán la detuvo de decir cualquier excusa.

—¿Como sabes? —Pregunto con seriedad.

—Bueno, anoche que me sentía mal e iba a por Chopper...—Se detuvo un momento para poder sentarse en el medio de la cama—Te escuche sollozar—Explico con timidez.

—Ya veo—Dio un breve suspiro—Aun no supero lo de Ace, no deseaba que alguien me viese o escuchase—Calmo sus palabras, su mirada se encontró con aquellos hermosos ojos color castaños—Pero veo que no soy muy bueno en ello—

La voz, ella podría jurar que escucho dolor en esas palabras, era difícil ver a su capitán llorar, y mas escucharlo de esa manera, aun con sus ojos puestos en los de su capitán le llamo para que se acercase a ella, cuando se encontró lo suficientemente cerca, rodeo sus brazos en el cuello del capitán, lo acerco a ella, en un abrazo más que reconfortante.

—Entonces. ¿Puedo ser la única en la que confíes? —Tomo una pausa—Puedes confiar en mí, puedes decirme aquello que te duela—Explico mientras hacia churritos con el cabello de su capitán.

Ciertamente era raro, algo dentro suyo comenzó a brotar, un extraño calor que no lograba descifrar, sin más deseos correspondió el abrazo y asintió a lo que su Navegante propuso, desde que se reencontraron, había brotado en ellos un extraño sentimiento.

—Pero, será después de que te recuperes—Respondió el azabache aun sin separarse ni un centímetro de aquel abrazo.

Si hace unas semanas dudaba de ello, en ese preciso momento había descartado cualquier duda. No sabría explicar desde cuándo, pero había madurado lo suficiente como para entender ese sentimiento, un sentimiento, de cariño. Un sentimiento de Amor.

Extraño Sentimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora