Capítulo Dos: Esa Mujer——Era de esperar——Susurraba la dama hacia su compañera de cabello rojo.
—— Sucedió algo en la cena con su majestad——Agrego.
Y solo bastaba con ver a la emperatriz, mantenía la mirada perdida en algún punto de la habitación, sumida en recuerdos y pensamientos enmarañados.
Usaba un camisón rosa palido y encima un chal rosa de manga larga. El cabello suelto y cayendo por su hombro derecho le daba un aire más melancólico a cuando lo tenía sujeto en intrincados moños y exuberantes peinados.
——Su majestad...——las mujeres se acercaron, siendo precavidas en cada paso. Era como caminar sobre la fina superficie del hielo inestable—— ¿Dijo algo el emperador?
Navier pudo permitirse el salir sus pensamientos y concentrar la mirada en sus damas.
——No, él....——¿Es muy importante hablar de eso ahora? Agacho la cabeza ante el recuerdo autoritario de su esposo zanjando el tema——No tenía mucho que decir sobre el asunto.
Las nobles permanecen en silencio, ya sin deseos de importunar a su ama.
Las iris Doradas y Plateadas se encontraron.Y cuando la plata y el oro colisionaron el lugar se llenó de una tensión abrumadora.
Nadie decía nada, y rezaban en silencio por permanecer así. Pero la mujer de ojos plateados no conocía su, ahora, posición respecto a la imponente mujer de ojos dorados que la detallaba con la mirada.
Navier debía de reconocer la veracidad de los rumores, la mujer que vino junto a su marido era poseedora de una deslumbrante belleza. El cabello fino que caía en ondas de plata, la piel lechosa con un rubor natural en las mejillas, unos labios rosas que complementaban el aire jovial que emanaba. Le intuía unos veinte años o diecinueve años tal vez. Era joven.
—— ¡Lady Rashta!
Saliendo de sus pensamientos, algo que se ha vuelto recurrente últimamente se señala, observa con detenimiento como la esclava se incorpora con esfuerzo al no poder apoyar la pierna derecha.
'Sigue lesionada'
Es lo primero que nota.
——Es un placer conocerla, emperatriz de Oriente.
La reverencia que da es igual a la de un niño sin educación, torpe y sin gracia. Las demás damas no tardan cuchillear entre ellas, señalando lo obvio.
Y aunque Navier entendía quien era esa mujer y cuál era su lugar en el palacio, no se molestó con ella. Incluso su intento de saludo le agrado, al igual que su voz, joven y llena de energía. Recuerda que alguna vez hablo así, fue en los años donde el amor inocente entre ella y Sovieshu aún estaba presente.
Sin notarlo, una pequeña arruga de hace en su entrecejo y sus ojos se entrecierran. Un amor de juventud.
Buenos/as días/tardes/nochesSe que está cortito, pero si leyeron mis comentarios sabrán que me había olvidado de la contraseña de esta cuenta, y hasta del correo, y bueno... Perdí la cuenta, la recupere porque abrí un archivo en la compu y adivinen, ahí tenía la contraseña.
Nuevamente, perdón si está cortito pero quise publicar algo tan siquiera como festejo.