[ II ]

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— ¿Estarás bien? — preguntó Lynna a su madre

— No te preocupes, hija, los maestres exageran a veces— trató sonar calmada

— Todo esto no estaría pasando si mi padre no insistiera tanto en tener un varón, has pasado por muchos partos fallidos, la mayoría si quiera llega a tiempo—

— Está vez he estado avanzado bien, tal vez estoy un poco cansada y agobiada por la atención y sobre protección de todos— suspiró pesadamente— Lynna, quiero pedirte algo.

Aemma vio directamente a su hija

— Sabes que puedes pedirme lo que sea, madre—

— Si algo se complica dile a tu padre que me salve a mí, que no se comporte como un egoísta y que piense en el amor que le tengo y piense en el dolor que les podría ocasionar a ustedes, no quiero, ni pienso dejarlas solas a ninguna de las dos— acarició suavemente la mejilla de su hija

— No digas eso mamá, todo saldrá bien, ¿si?—

— Promete lo, Lynna— Insistió

— Te lo prometo, madre—

— Ahora ve a estudiar— Lynna asintió

— Te amo, hija— dio un beso en su frente

— Y yo a ti, madre— dijo antes de salir de la habitación de su madre

Al salir con intenciones de estudiar  Lynna veía a su hermana recostada en el regazo de Alicent mientras estudiaban o eso intentaban  ya que Rhaenyra se encontraba un pocn distraída, si bien la noticia sobre un posible niño no paraba de pasar por su cabeza, le quitarían su lugar asegurado en el trono, pero también le preocupaba su madre. Al parecer Alicent no se tomó algo bien porque se levantó repentinamente, ambas podían tener cambios de humor repentinos ya que reían después de todo, Lynna quería lo mejor para su hermana.

[...]

— ¿A donde irás?— preguntó Lynna al verlo ponerse su armadura—

— Iré a acabr con unas personas para poner orden—

— ¿Poner orden? Por dios, Daemon lo último que se verá en esté lugar será orden, nada estará bien así intentes poner las cosas en su lugar—

— Es mi deber—

— Mi padre se enfadara después de esto—

Se dio la vuelta decidida a irse pero Daemon la tomó de la mano anres de que diera un paso más

— No pasará nada—

— No te pongas en peligro, no soportaría tenerte tan lejos si mi padre se entera—

Daemon formó una sonrisa ladina antes de darle un casto beso en los dulces y suaves labios de Lynna, los besos de Daemon eran peor que un vicio, eran su perdición, la perdición de Lynna tenía nombre y apellido.

[...]

— ¿Segura que no fue nada grave? — preguntó preocupada Lynna, quería ver a su madre antes de que el torneo emepezara

— Estoy bien, hija, no tienes porque preocuparte, el bebé ah estado pateando muy fuerte, probablemente hoy sea el día, los maestres han venido cada cierto tiempo a verme— tomó la manos de su hija

— Está bien madre, iré al torneo si me dices que todo está bien—

— Estaré bien— dijo asintiendo

En realidad su madre se sentía y se veía bastante mal dejando intranquila a Lynna

— Hija— Habló Aemma antes de que Lynna se retirará por completo

— ¿Si, madre?— dio la media vuelta

— Te amo, hija, nunca lo dudes—

— Y yo a ti, madre— dijo con una sonrisa la cuál su madre devolvió dejándola más tranquila antes de retirarse

[...]

— ¿Dónde está Rhaenyra, Alicent?— preguntó al llegar y no ver a su hermana

— No lo sé— se calló al mirar atrás de ella

— llegas tarde— Murmuró Lynna a su hermana al ver a Rhaenyra sentada en su lugar

Rhaenyra llegaba tarde al torneo en honor a su hermano que aún no nacía pero tal vez su madre ya debe de estar entrando en labor de parto

En todo esté tiempo Lynna se mantuvo ajena al torneo, incluso cuándo llegó una cara desconocida para todos, la llegada de Ser Criston y algo, Lynna no había escuchado bien su nombre. Daemon le iba a pedir a Lynna que le diera suerte pero al verla negar con sutileza prefirió pedirle el favor a Alicent.

No había nada que pudiera tranquilizar a Lynna en estos momentos, su madre estaba en lavor de parto pero no había noticias sobre ella o el bebé, su pierna empezó a hacer movimientos involuntarios al estar ahí, Alicent al notarlo puso una mano en su pierna.

— Todo estará bien— trató de calmarla brindándole una sonrisa

Lynna asintió insegura, miró atrás de ella pero su padre ya no estaba, mirando a todos lados se preguntó que estaba pasando en esos momentos, no podía con la angustia de no saber más sobre su madre, se puso de pie pidiendo disculpas por retirarse repentinamente, escuchó gritos a lo lejos como su estuvieran suplicando, era su madre, corrió hasta poder llegar a la habitación de su madre pero ya era tarde.

— ¿Estás contento ahora?— preguntó Lynna en la esquina de la habitación mirando el cuerpo de su madre extendido en la cama rodeada de sangre

Sintió un enorme peso caer sobre ella al ver aquella imagen  una que sería su pesadilla pir el resto de su vida.

— ¡ESTÁS CONTENTO! ¡TU HEREDERO TIENE UN VERGA, SEGURO QUE LO ESTÁS!— Gritó llorando haciendo  que padre rompiera en llanto, nunca lo había visto así, pero era arrepentimiento.

— ¡Te pidió que no lo hicieras, incluso te rogó, y solamente pensaste en ti mismo, acabaste con la vida de nuestra madre, pero escucha bien Viserys me aseguraré de que el resto de tu días sean infelices! ¡TE HARÉ SUFRIR TANTO COMO LA HICISTE SUFRIR A ELLA! — lloró tomando la mano de su madre, se puso de rodilla para sentir el tacto frío de su madre. Le falló a la única persona que la amaba, no pudo salvarla de su padre

— Lo siento tanto mamá.

Murmuró entre lágrimas, Lynna gritó desconsoladamente sintiendo su garganta quemar, los días serían largo sin su madre.

Tenía que seguir sola, ahora no tenía a nadie.











Definitivamente tengo algo con hacer sufrir a mis personajes...

《𝙋𝙀𝙍𝙁𝙀𝘾𝙏》 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora