Happy Birthday, Jean Boy.

138 14 4
                                    

—Hey Jeeeaaan. —Balbuceó en volumen bajo picándole la mejilla, en un intento por despertarlo. —Ya salió el sol, Jean boy.

—Connie, te juro que si vuelves a llamarme así te tumbaré tantos dientes que Sasha tendrá que masticar tu comida por ti. —En un intento de evitar a quien cree su compañero de cuarto, da media vuelta en la litera hacia la pared y se cubre con las sábanas.

—Huh. No sabía que Connie tendría costumbre de despertarte con tanto cariño, ¿Ya me cambiaste por él? —Reconocer la voz lo paralizó, dándose vuelta de inmediato y pateando las sábanas en el proceso. —Sabía que no debía dejarte entrar al cuerp-

—¡Marco! —Al susodicho no le dio tiempo de acabar, Jean ya había saltado de la cama para atraparlo en sus brazos. Correspondió apenas logró recobrar el equilibrio tras el empujón, apoyando sus manos en la espalda baja ajena.

—Hey, Jean. —Entre risas logró separar el rostro de su novio de su cuello. La barba le causaba cosquillas. —Es raro verte en Trost.

—Van a darnos armamento nuevo para la emboscada a Marley. —A pesar de ser el más alto, más fuerte y uno de los mejores líderes de la Legión de Reconocimiento, Jean parecía un niño rozando su hombro con su mentón y encorbandose solo para restregarse en ella. Juraría que parecía un gato mimado. —Estamos esperando noticias de Eren.

—Ya veo. —Con algo de esfuerzo, logra separarse del abrazo lo suficiente para por fin ver su rostro. El cabello lo tiene muy largo y para su sorpresa, despeinado. La barba la tiene mucho más larga, deduce que no le ha dado tiempo en las últimas semanas de afeitarse. —Feliz Cumpleaños, Jean.

Y la sonrisa de Marco se agranda cuando un sonrojo cubre sus mejillas. Mierda, ¿Cómo es que un hombre tan imponente puede verse tan lindo de la nada?

—¿Es hoy? —La totalmente real confusión en su rostro le hace soltar una risita, asintiendo. —Vaya, lo había olvidado.

—Pues para eso me tienes a mí. —Su cuerpo lo atrae más para pegarse al contrario sensualmente, Jean rie con suavidad y se acerca sutilmente para pegar ambas narices, lamiendose los labios tan cerca de los suyos que tiene que tragar algo de saliva para que no le tiemble la voz. —Tu madre nos invitó a pasar a tu casa hoy para celebrarte.

Las manos enrolladas en sus hombros suben hasta su nuca, finalmente poniéndose derecho y resaltando la mínima diferencia de alturas que existe entre ambos. Sus propios brazos se ajustan más en la tela sobresaliente de la camisa cuando Jean lo besa.

Y como lo besa. Puede Jurar que podría vivir tan solo a base de él y sus besos.
Una pierna de Jean le separa los pies y se mete entre ambas piernas propias, arrancándole un jadeo por el incremento de cercanía y dándole la oportunidad de profundizar el contacto de lenguas en medio beso. Las manos le recorren las mejillas como siempre, Jean suele decir que le gusta tocarlas a pesar de que la mayoría no tienen mucha textura.

Jean lo jala suavemente mientras le da vuelta, con intenciones de acercarse a la cama del cuarto. Apenas localizada dicha cama por la parte trasera de sus rodillas es empujado de lleno al colchón, el más alto lo abandona por unos segundos para ir hasta la puerta y asegurarla con llave, mientras lo ve desabrochándose el cinturón.

—Nos invitó a cenar, ¿No?

La respuesta de Marco es una escandalosa risa y una serie corta de asentamientos con la cabeza, en lo que Jean alcanza a quitarse el cinturón le da tiempo de enderezarse y quitarse la chaqueta del uniforme de la policía militar. Tampoco le preocupa la ropa, sabe que toda terminará en el suelo en unos minutos.

—Genial.

B-day Boy | JeanMarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora