Capítulo 6

159 23 34
                                    

Anne

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Anne

—Te aconsejo que no vuelvas a decir esas cosas —espeta—. Da igual si fue en serio o no, intenta no incomodarla.

—Pero él no me ha...

—Come —me interrumpe metiéndome un trozo de pastel en la boca.

Intento protestar pero el sabor me gana.

—¿Y quién eres tú? —Esta vez habla Fred.

—Yo... —El castaño no sabe qué decir, mira de un lado a otro como si la respuesta fuese a entrar por la puerta de la cafetería en algún momento—. Soy su niñero.

Espera... ¿qué?

—¿Niñero? —cuestionamos el rubio y yo al unísono.

—Sí —asiente con más decisión—. Su madre me encargó cuidarla, principalmente de tipos mujeriegos... —señala haciendo énfasis en lo último mientras mira a Freddy.

—¡Ya basta de tonterías los dos! —interrumpo luego de acabarme el trozo de pastel—. Maduren por Dios —los regaño—. Freddy, él es Roy, un... amigo.

Roy me mira con una ceja arqueada y quizás guardándose unas cuantas groserías. ¿Por qué? No lo sé, solo dije la verdad.

—Roy, él es Fred, un amigo de la infancia —presento al rubio que juega con la servilleta mientras analiza a mi compañero con la vista.

—Bueno zanahoria, fue un placer verte luego de tanto tiempo. —El chico se levanta dejando la servilleta en la mesa.

Se acerca dándome un beso antes de marcharse. Roy solo lo mira de mala manera.

—¿Se puede saber qué ha sido eso? —le reprocho cuando nos quedamos solos.

—Solo te estaba cuidando —se excusa cruzándose de brazos haciendo pucheros.

Parece un niño malcriado.

—Dalia me mataría si algo te pasa.

—Pero Fred es mi amigo —rebato molesta.

—¡Pero yo no lo conozco!

—¡Pero tú no tienes que conocerlo para que pase a saludarme!

—¡Pero debo cuidarte así que lo más lógico es que sepa quién es!

—¡Pero deja de decir pero y no te comportes como un maldito tóxico! —Suelto elevando un poco más la voz causando que varias personas se giren hacia nuestra mesa.

—Pues entonces quédate a hablar con él —zanja poniéndose de pie y dejándome sentada como tonta.

Lo veo marcharse sin decir nada más luego de pagar la cuenta.

Apuesto por lo nuestro © [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora