Soobin no llegó a ver a Yeonjun en sus últimos momentos de conciencia, por seguramente hacer sus cosas, pero que no valían nada comparado al pelinegro.
Para cuándo llegó al hospital, ya lo habían inducido en coma farmacológico, y afuera de la sala, en la espera, estaban los tres mejores amigos del mundo.
— Chicos— Soobin los llamó al llegar, cuatro de ellos alzaron sus ojos llenos de lágrimas para mirarlo, el pelirrojo fue el único que se no lo hizo, apretando sus puños y su mandíbula—. ¿Y Yeonjun? — preguntó, no había preocupación en su voz, sino que había sorpresa y había hablado muy tranquilo, si voz no estaba ni un poco quebrada.
Lo siguiente fue tan rápido que Hueningkai no llegó a terminar un "¡Hyung, no!" que Beomgyu ya había estrellado su puño en la mejilla del rubio.
— ¡¿Quién carajo te crees para venir a por él ahora?! ¡¿Después de dejarlo tanto tiempo?! ¡No tienes derecho ni a decir su nombre, Choi Soobin!
El menor del grupo tuvo que ir a sostenerlo, tomándolo por los brazos y trabandolos detrás de su espalda, mientras Beomgyu seguía gritándole a Soobin con todas sus fuerzas, reclamos en nombre de quién ya no podía hacerlos.
Porque sí, él había visto todos los videos de su mejor amigo, lo había visto quebrarse con los días, disminuir sus sonrisas y sus lágrimas y romperse una y otra vez, lo había visto intentar justificar una injusticia, un amor unilateral, lo había visto darlo todo por alguien que no sabía cuidar ni un anillo de compromiso, y mucho menos un corazón.
Soobin sólo lo miró gritar, sin decir nada, sosteniendo su mejilla, donde había sido golpeado, y pensaba que era una suerte que no le hubiera al menos descolocado la mandíbula.
No lo dejaron pasar a verlo, los médicos habían dado aviso horas antes para que se despidieran, y evidentemente tenía tres llamadas perdidas del hospital y varios mensajes y más llamadas de parte de los chicos, el tiempo ya había pasado y él no lo había aprovechado.
Echó una vista hacia el interior de la habitación por la ventana de la puerta, un último vistazo, al chico pelinegro que dormía profundamente esperando también a dejar este mundo.
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Tanto el grupo como Soobin se alejaron luego de eso, Choi nunca mostró interés en reencontrarse, en saber algo de sus vidas o de contar la suya.
Por eso, fue bastante sorpresa cuando tres años después de la muerte de Yeonjun, cuando ya creía que estaba todo en el olvido, alguien tocó a su puerta, quien resultó ser el mismo Beomgyu.
— Hola, Soobin— dijo, el ahora castaño—. A pasado mucho, ¿No? — sonrió mínimamente.
— Sí, Beomgyu... Sí pasó mucho— Soobin le dedicó una sonrisa forzada.
— ¿Vas a... Dejarme pasar? Quería pasar un rato contigo hoy, en especial.
— Oh, claro, claro, adelante— dijo, apartándose, Beomgyu pasó y se acomodó en el sillón, Soobin puso en marcha la cafetera y fue con él—. Y.... ¿Qué pasa hoy? — preguntó, sentando junto a él.
La expresión de Beomgyu cambió y lo miró con seriedad.
— Hoy es el aniversario de la muerte de Yeonjun.
—Oh... Sí, yo siempre olvido la fecha.
— Soobin, lamento haber reaccionado así cuando ocurrió— Soobin negó, restándole importancia, había recibido varias golpizas en su vida como para que le importen—. Y yo, bueno quería ver los videos de Yeonjun de nuevo, y sólo tú los tienes.
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Hasta La Última Vez⁎yeonbin
Fanfic-'ღ'- Yeonjun tiene una enfermedad terminal y decide grabarle videos a su novio Soobin, para que los vea después de su partida y recuerde cuánto lo ama, por eso le dice "Te amo" cada vez. Soobin es un idiota que no puede dar nada al chico enfermo qu...