Rubius crecía cada vez más con el pasar de los meses
Ya era todo un gatito casi en la edad adulta
Eso enorgullecia a milagros realmente amaba ver a su gatito crecer con los meses.
Aun que había algo que le preocupaba a ella y era que su gato empezaba a salirse por la ventana y volvía después de semanas.
Eso la entristecia muy amenudo, las peleas y problemas crecían y sus recuerdos de la infancia volvían.
Siempre recordaba las peleas que tenían sus padres en el pasado y como las peleas se repetían en su actual familia.
Tenía miedo de perder todo, de volver a estar sola sin una figura paterna
Y si se preguntan por el padre biológico, ese hombre era nada más para darle problemas y más problemas.
Realmente odiaba todo de el pero en el fondo de toda su tan quebrada alma lo quería. _______________________________
Milagros sufría de muchos traumas gracias a muchas cosas que pasaron en su vida.
Como cuando su madre la golpeaba por varias cosas como: Malas notas, mal comportamiento etc.
Aun que hubo un trauma que nunca olvidara y fue cuando sufrió de acoso sexual.
Esos traumas siempre rondaban por su mente, gracias a eso ella generó una personalidad, extrovertida y introvertida a la vez.
Odia pasar tiempo con su familia ya que cuando más los necesito no estuvieron.
Pero había algo que hacía que ella olvidara todos sus defectos y traumas.
Era su gato que tanto amaba, el realmente la entendía y la quería.
Pues claro quien no querría a su dueña.
Ella realmente quería mucho a su gato.
Su gato siempre le recordaba a su streamer y Youtuber favorito, Rubius un chico que subía contenido de Minecraft su videojuego favorito y otras más cosas.
Ese chico era realmente la salvación de ella... desde ahí vino el nombre de rubius para su gato.
Su gato fue la salvación de aquella chica deprimida y enojada con la vida. ________________________________
Unos meses a fines del año 2020
Rubius se había vuelto más grande, travieso y fuerte
Milagros ya había cumplido años.
Ambos habían crecido juntos
Y junto a ellos creció su amor entre ellos...
Ambos se querían mucho más de lo normal y que siempre.
Rubius nunca dejo atrás sus ojos de avellana, siempre los tuvo y a Milagros la seguían cautivando cuando los miraba
A ella le gustaba tomarle fotos a Rubius era lo que más amaba en hacer.
Le gustaba atrapar cada cosa que su gato hacia.
Como dormir.
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O de como se subía al coso que sostenía la mesa.
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Entre otras cosas que su gato hacia en su vida cotidiana.
