꧁ 𝙳𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜 𝙳𝚎𝚕 𝙿𝚊𝚛𝚌𝚑𝚎 ꧂ 𝐔𝐧 𝐄𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐝𝐨

prólogo

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Chile

Un país misterioso y de procedencia indefinida, caracterizado por ser el más angosto y largo de los países, nadie lo conoce, ni siquiera sus vecinos territoriales, los que tenían tratados con él lo describen como alguien serio, honorable y respetable, muchos otros les daba miedo por su tétrica mirada de un ojo, España dice que nunca entendió porque era así antes de ser una colonia.

Y porque siempre llevaba un parche en su ojo derecho.

Cada uno tenía su teoría de porque usaba ese accesorio incluso en la ducha o vacaciones, decían que era por una cicatriz, lo perdió en una guerra, esta ciego en ese ojo, y un son fin de ideas locos explicando o dando una razón a aquel dilema.

Llegando a hacer apuestas por ver quién tenía razón.

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02/04/2021

Otro día de reunión con ONU, eran con suerte las 6 de la mañana, la mayoría dormían a esa hora, otros se preparaban desde antes para la Junta y él hacia ejercicio matutino, si, llamen lo raro pero tenía sus propio horario.

Los europeos pensaban que todos los latinoamericanos eran iguales, holgazanes, siempre con impuntualidad para todo, y que se tomaban las cosas como se debía.

Y eso para los latinos lo veían como una ventaja, ya que si los veían despreocupados estaban haciendo un buen trabajo cambiando las cosas con los demás, arreglando sus problemas y tenían tiempo de sobra para disfrutar, así lo veían ellos.

Chile nunca fue de socializar mucho, se juntaba con México a lo mucho, siendo él un país muy cerrado con cualquiera le costaba expresarse como debía, nunca le ocultaba cosas a su amigo mexicano o eso creí él. Siempre lo veía con sus alas afuera sin ninguna preocupación, sin temer que se las quieran arrebatar, eso lo veía algo muy valiente, nunca se atrevería a hacer algo así.

Ya estaba por terminar sus 60 abdominales para poder tomar una ducha y dirigirse a la sala de reuniones, el mismo ONU dijo que era muy importante asistir a esta, por lo que haría lo mismo que todos los días, quedarse callado, sin llamar la atención, y concentrarse lo mejor que pudiera a las palabras de la organización.

– Maldición, otra vez salieron estas cosas– Dijo cuando intentó lavarse el pelo, lo tenía todo sudado y quería estar arreglado lo mejor posible, pero se relajo demasiado.

Se tocó nuevamente para sentir algo duro y sobresaliente de su cabeza, vaya, tendría que usar capucha para tapar sus cuernitos de huemul, prefería eso a que salieran sus orejas ya que eran más sensibles al ruido y le molestaba los gritos de sus "amigos".

Suspiro pesadamente y siguió duchandose, frustrando cada vez más porque no podía hacer correctamente.

– ¡Por la chucha, son una mierda! –

Si, su paciencia era mucha pero eso lo sacaba de sus casillas con menos de 7 minutos presentes.

– ¿No pudieron ser con suerte las garras, verdad? NoOoO, tenían que ser estas weas– Se frotaba la esponja con más fuerza dejando más roja su piel que de costumbre, sus cicatrices quedaron de color rosa por la fuerza ejercida y su cola se movía de un lado a otro

Intento calmarse bromeando y recordando momentos gracias pero siempre volvía con lo mismo; "Estas weas son más molestas que Doña Cecilia" Y es que cuando hablaba con sus hijos estos decían que la vecina, Doña Cecilia, era muy metiche y siempre buscaba razones para meterse en todo.