1993
LAS DIANAS
El la vio correr tras sus dos hijas, mientras, su esposa reposaba en el sillón, se dijo así mismo que era un espejismo, quizá estaba confundido, hacía años que no la veía, irradiaba luz como siempre,
fue a ver a Diana, necesitaba una explicación, quien y de dónde había salido esa joven? ¿Seria ella? ¿O su mente le estaba jugando una mala pasada?
Desde el momento que la volvió a ver algo en su mente se lo dijo, y aunque intento hacer silencio a lo que su corazón que comenzaba a despertar le pedía, solo se concentraba en que era entre sus brazos dónde necesitaba estar, nada de lo que había vivido los últimos 10 años se sentía como la realidad, solo como un muy mal sueño del que quería despertar, como si eso le asegurará a Inés a su lado...
V: ¿Diana, - pudo hilar- mujer me puedes explicar que hace ella acá? ¿Quién la trajo, me voy un mes de viaje y llegó y está acá?...
D: no creas que esto es fácil para mí Victoriano, pero es la única herramienta que me queda, no creas que no sé lo que hubo y aún existe entre ustedes, pero sabes que mis días están contados, tu hija - señalando su vientre - me está dejando sin fuerzas, tú lo sabes, sabes el final de esta historia, y no quiero dejarlos solos, ya te he lastimado lo suficiente en esta vida, te orille a este matrimonio sabiendo que la amabas como a nada en este mundo, y si mis hijos van a tener una madrastra prefiero que sea una mujer como Inés, y no fue fácil convencerla, pero cuando le conté mi situación a ella no le importo quien eras, quien era yo y sé que va a amar a tus hijas, a nuestras hijas tanto como te ama a vos, porque ella aún te guarda el amor que te profesaba.
V: ¿estas desvariando Diana, de dónde sacas que morirás? no pasará nada, verás crecer a nuestras hijas y seremos tan felices como ahora, no hace falta que ella esté aquí, si necesitas ayuda contrataremos, nanas pero no te mortifiques, no tienes por qué....
Aunque Victoriano se quejara, llorara, pataleara Diana estaba convencida de que su fin estaba cerca, pero si de algo estaba aún más segura es que a su lado victoriano no era feliz, nunca lo fue, el la amaba, todavía la amaba como a nadie, ella lo noto en el instante en que los ojos de victoriano se posaron en la figura de la morena, él nunca la veía así, no la pensaba así, y ella siempre lo supo pero intento apagarlo, había Sido tan egoísta con victoriano por salvar su honra lo orillo a perder al amor de su vida, y habían sabido convivir se querían, pero ese día lo confirmo, victoriano no la había sacado de su cabeza, y traerla había Sido la mejor decisión....
Después de la charla con su esposa, en la que no gano nada, podría ser tosco resolutivo, y hasta mandon en su empresa, pero en la casa quien llevaba los pantalones era Diana.
Victoriano salió al patio, busco a sus hijas con su mirada y allí estaba ella, la vio sentada en el piso, a su lado sus dos hijas pequeñas jugando con muñecas y tazones, y se sorprendió, no sabía si era el sol, los años que había esperado para verla o que pero Inés estaba más bella que nunca, su pelo azabache llenaba el espacio, caía por sus hombros de manera pacífica y sedosa, sus movimientos parecían los de una bailarina delicados y suaves como en cámara lenta, se quedó petrificado al verla jugar con sus hijas y no pudo evitar imaginarla siendo madre, esposa, mujer y amiga, y sientio ganas de hacerla su esposa..
ESTÁS LEYENDO
Tiempo
Short Storyel paso del tiempo es la destrucción de nuestras almas, cuando por fin creemos que somos merecedores de ser felices nos damos cuenta que nos perdimos de la verdadera felicidad