𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 24

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Mis intentos por estar lejos de Mew no fueron tan exitosos ya que estábamos cocinando juntos, en realidad no sé cómo es tan malditamente sexy.

— En que tanto piensas—dijo cerca de mi oído.

— No en nada, ya te dije que no te acerques tanto.

— Que pasa te pongo nervioso.

— Es normal eres mi esposo, puedo estar cerca de ti, además que tal si ya... —su cercanía me ponía más nervioso— Con...

— Cállate no lo digas—cerré mis ojos.

— Que acaso no quieres que continuemos así de bien.

— No era lo que ibas a decir.

— Bien me descubriste—dejo lo que estaba haciendo y me acorralo en la puerta de la cocina, que esta estaba cerrada— un matrimonio normal sabes muy bien que hace cierto.

— A... pues cocina o da... —pensé que me besaría cuando sentí su rostro a centímetro del mío— Ya...

— Gulf que pensarías de mi si te digo que ya no aguanto esta situación.

—No entiendo qué situación.

— No lo entiendes, quieres que te de una pista.

Solo cerré los ojos y espere algún movimiento por su parte, pero solo escuche una risa. Cuando abrí los ojos ahí estaba el riéndose de mí.

— Que nunca has visto dramas, mira que pensé que no caerías.

— Eres un idiota—le lancé lo primero que vi, pero después me arrepentí.

Digamos que lanzar una fuente de plástico a la cabeza de alguien no es bueno, y más si este es más delicado.

— Mew Suppasit ... —me acerque a el quien había caído por el golpe— Anda responde... no juegues así.

— Que paso aquí—escuche una voz en mi espalda.

— Ayúdame no responde.

— Oye dije que cocinen no que se maten.

Con ayuda de Tul lo llevamos a nuestra habitación, yo fui a terminar de cocinar.

— Y ahora que hare si le pasa algo... —me tome de los cabellos— Ay Gulf no debes de reaccionar así.

— Tranquilo ya despertó, pero está un poco desorientado.

— Te encargo la comida voy a verlo.

— Está bien, pero procura no matarlo.

Bueno después de todo eran hermanos, los mismos chistes.

Cuando entré a nuestra habitación lo encontré con un espejo en su mano y luego me miro mal.

— No vez que pudiste matarme.

—Lo siento no pensé que eres tan nene.

— Nene, Gulf de qué crees que vivo—fruncí el ceño— de mi rostro niño, no poder volver mañana a trabajar no quiero que nadie me mire esto.

—Qué cosa.

— Que no lo vez tengo una herida y además este inflamado.

— no, no la veo— me acerque a el— A... hablas de esto.

Toque donde estaba su supuesta herida y el chillo de dolor.

— No te digo que me duele.

✩✩✩Papa Sσlтerσ✩✩✩(ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏɴ) ᴍᴇᴡɢᴜʟғDonde viven las historias. Descúbrelo ahora