Mew es un papa soltero y Gulf un escritor que cree en el amor
★ esta historia es una adaptación, todos los créditos a la autora Pingu9892
✯ Espero que me apoyen con este nueva adaptacion
♡ prohibida su copia o distribución de otra sitios web o a...
Lo mire con el ceño fruncido y me cruce de brazos.
— No claro que no quiero—dije eso y vi cómo nos tomaban más fotos.
— Gulf no hagas esto.
— hacer que... decir que todo esto es una farsa.
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De un momento escuche que alguien se aclaró la garganta y volví a la realidad, yo estaba parado frente a Mew y el solo me miraba impaciente, que debo hacer.
— Emmm yo....
— vamos papi di que si —dijo levantándose de la silla.
— Si además ya le había respondido, antes de venir aquí.
— Y... aceptas... —me miro fijo.
— Si... acepto...
Y ahí fue que nos tonaron más fotografías y yo tenía un anillo en mi dedo anular, era bonito, pero no significaba nada.
Después de la conferencia de presa nos fuimos directo a la casa de Mew, cuando entramos el me miro un poco enojado.
—Casi lo arruinas.
— Yo no lo sabía... si te hubieras molestado en decirme no habría reaccionado así.
— Solo deberías de haber dicho que si y nada mas
— Qué crees que el matrimonio no es algo serio
— No es eso
Ambos estábamos mirándonos directamente a los ojos y era verdaderamente incomodo.
— Papa... tenemos hambre —dijo en forma tierna.
— Si está bien ya pediré que traigan la comida.
— Yo me voy, adiós niñas —dije despidiéndome de ambas.
Cuando llegue a mi casa la cual era algo. pues era muy pequeña apenas era dos habitaciones un baño y una pequeña cocina.
Dejé todo en el escritorio y me fui a dar un baño con agua calentita, era lo que realmente me relajaba.
Luego me cambie con una camiseta y un pantalón de dormir algo grande eso si era comodidad.
Las ideas vinieron a mí y tomé mi portátil y empecé a escribir todo lo que se me ocurrió, la verdad estaba inspirada.
Cuando vi el reloj ya eran las 3 de la mañana, dejé la portátil y me acosté para dormir, pero un llamado a la puerta me hizo levantar y dirigirme a la puerta, no sabía quién era y si era un secuestrador o peor un ladrón.
Así que fui por una escoba que tenía, cuando me acerqué.
— ¿Quién es? —dije antes de abrir, no tuve respuesta.
