#1 | Festejo

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La banda Uruguaya había ido de gira por México y al parecer se la habían pasado de maravilla. Era un país que tanto adoraban y que más les daba risa su público, puesto a que sus espectadores tenían más carisma con ellos, y de verdad estaban emocionados por ellos de visita.

En su último concierto en México, se escuchaban los aplausos y la gente alabandolos.
"¡ROBERTO HAZME 3 HIJOS!"
"ALVIN, TE AMO"
"POR USTEDES DEJÉ A MI ESPOSA, TAVELLA SI TE DIVORCIAS ACÁ ESTOY"

Se podía escuchar de fondo, y uno tras otro comentario que sin duda les sacaba una confusión grandisima, pero de igual manera, lo tomaban de halago.

Después de bajar del escenario y de terminar con su jornada, la banda junto el staff se regresó al hotel, y comenzaron a recoger sus cosas para irse directo al aeropuerto. Eran bastante viejos todos y no tenían que perder nada de tiempo.

Camino al aeropuerto, la banda revisaba sus redes sociales y subía historias a instagram, como videos del concierto y unas palabras de agradecimiento.

– Es buena idea contarles que regresamos en Noviembre? –
Resonaba Musso.
– Sí, deciles para que vallan ahorrando. –
Respondía el menos importante, el batero.
– Vale, lo que vos digas Alvin. –

Llegaron al aeropuerto y se sentaron en sus respectivos asientos.

Musso con Tavella.
Marrero y Topo.
Alvin... Con alguien del staff.

Los cinco conversaban, y el ojo desviado se notaba muy feliz compartiendo asiento con Tavella, después de todo, era su mejor amigo desde que él tuviera memoria... Que perdería por su enfermedad *entre toses*.

Tomó un largo tiempo de viaje. Cuando Tito no hablaba con Tavella, este estaba durmiendo, o quizá viendo una película en la pantalla de los asientos, o viendo su libreta donde solía dibujar y escribir cualquier cosa que se le pasara por la mente. Topo y Marrero conversaban, y veían películas juntos, y hasta se quedaron dormidos al mismo tiempo, no fue un problema para ellos distraerse. Alvin miraba Alvin y las ardillas o leía libros de cómo dejar de ser un batero inservible.

Cuando llegaron a Uruguay los cinco se fueron a sus respectivas casas. Roberto con su esposa y su hija, Tavella también, y el resto con quién les estuviera esperando en sus casas.

Durmieron como bebés ya que realmente necesitaban ese descanso. Tantos países y ciudades visitadas en solo 3 meses seguidos, era imposible para ellos contener un buen sueño, pero por suerte al fin tendrían tiempo para descansar, un mes entero. Un mes entero en el que probablemente se lo llevarían "descansando" pero la gente estaba impaciente de la salida de su próximo album.

Durante toda la semana la banda continuó con su día normal. Saliendo a lugares, comiendo en restaurantes, y pasando el tiempo con su familia. Los cinco se habían reusado a salir de Montevideo ya que ese mismo fin de semana iban a tener una gran celebración por su gira en toda Latinoamerica. Después de aquella fiesta ellos serían libres de ir hasta donde quisieran hasta el 28 de Abríl, que sería cuando retomarían sus conciertos.

La noche del sábado cayó, y todos iban bien vestidos.

Roberto venía vestido con un smoking negro. Su esposa Laura venía con un vestido dorado pegado al cuerpo que combinaba con su dulce pelo lacio. Federica había sido dejada en casa de una de sus amigas del colegio. Era una fiesta en donde niños no eran invitados.

Topo vino a la par de Marrero y Alvin. El de lentes usaba una simple camisa blanca y una corbata roja. Marrero con un vestido pegado al cuerpo, maquillaje y una peluca rubia, pero sin quitarse la barba. Marrero se había sentido un poco silly ese día. Alvin vino con una camisa blanca y un saco negro, simple. Tavella venía acompañado de su esposa. Él usaba una camisa con estampados playeros como siempre. Su esposa venía elegante a excepción de Santiago.

Y claro que estaba la presencia de Riki. Vestido en camisa y un abrigo beige como de detective, sentado de piernas abiertas en el sillón fumando un porro.

La celebración había empezado con la llegada de todo el cuarteto. Tomaban alcohol como si no hubiera un mañana y danzaban al ritmo de la música.

El cuarteto se había separado de sus familiares para tener un tiempo más como amigos y celebrarse a ellos mismos. Conversaban y se carcajeaban entre ellos. El trabajo no existía para ellos en ese momento.

Marcaron las 12 de la mañana y la gente seguía festejando. Laura se había ido porque tenía que recoger a su hija, pero Roberto se había quedado.

– Valla, me siento como si tuviera... No sé, unos 30 nuevamente –
Decía Topo.
– Yo también –
Decía Marrero, que por la borrachera había olvidado su edad.

Roberto y Topo estaban siempre juntos que hasta estaban abrazados, pero estaban muy ebrios para darse cuenta.

– Los dos parecen novios, no sé, como jotos –
Decía Tavella con un acento de borracho.
– ¿Será porque lo somos? –
Roberto volteó a ver a Topo, soltado después de un hipo.
– Quizá –
Los dos se quedaron viendo al uno al otro, que Roberto sin pensarlo dos veces tomó la mejilla de Topo y lo besó sin más frente a todos.

A nadie le parecía raro, después de todo, lo hacían ya frente a miles de personas, y ebrios, todos hacen lo imposible.

Resulta que ese beso no terminaba y los dos se re estaban comiendo la cara en medio de la fiesta. Roberto tomó la mano de Gustavo y lo llevó hacia el baño, cual era uno solo y privado de toda la gente.

Los dos se escondieron ahí y duraron un rato viendose uno al otro, pero abrazados de su nuca. No tardó mucho para que empezaran a besarse sin que hubiera mañana, y Roberto desabrochaba lentamente y con ansias la camisa de Topo. El de lentes solo ignoraba lo que Roberto le hacía, y seguía besándolo.

Hubo un punto en el que las manos de Roberto estaban sobre la cadera de Topo, y juntaba la de él con la suya y lo empujaba con su peso hacia el lavabo. Los besos del de rizos bajó hacia el cuello de Topo, y daba uno que otro chupetón de repente. Gustavo solo soltaba jadeos de excitación, pero no podían coger ahí, estaban muy señalados.

Marcaron las dos de la mañana y ambos salieron del baño. El cabello de ambos estaba hecho un desastre de todas las caricias que se habían dado. Roberto evitaba hablar ya que tenía el aliento con olor a pija, y Topo había salido con la camisa desabrochada.

– Dónde mierdas estaban ustedes dos? Duramos horas sin verlos –
Decía Tavella, que por estar borracho no se daba cuenta que estos dos se re habían dado.
– Estuvimos... No sé, fuimos por unas bebidas –
Respondió Roberto, ya que Topo estaba muy nervioso como para hablar, y estaba por seguro que si él abría la boca los iba a delatar.
– Son unos malditos gays –
Alvin decía.

Roberto y Topo se fueron de la fiesta en el carro de Tito. Por poco y casi cogen en el carro frente al motel donde se iban a meter, eran insoportables las ganas que se tenían en ese momento por el alcohol, pero les daba temor que alguien pasara por la banqueta y les reconociera, así que mejor para evitar problemas, se metieron al motel, intentando actuar lo más hetero posible.

❗Después de la fiesta❗- RobertopoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora