9.

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No pudo evitar quedar completamente desconcertado ante las palabras del otro.

Se mantuvo parado mirando a la nada, pensando una y otra vez en lo que dijo Niragi.

Estaba algo alejado de la oficina de Aguni, por lo que estaba completamente solo. Hasta que alguien le tocó el hombro por detrás.

– Chishiya.

El nombrado volteó al escuchar la voz femenina detrás de él. Kuina estaba respirando agitada.

– ¿Qué ocurre?

– Estuve todo el tiempo observando la oficina desde lejos, esperando a que todos salieran.–Se quedó callada hasta que vio el rostro de confusión del otro– Quiero decir, debemos aprovechar esta oportunidad para el otro plan.

Claro, el otro plan. Pensó Shuntaro.

Estaba comenzando a dudar si irse o no de ese horrible lugar.

Lo único que lo aferraba era Niragi.

Aunque no era momento para echarse atrás, no habría otra oportunidad como esta.

– Vamos.

De un momento a otro, Chishiya ya estaba frente al cuadro del venado, con un radio de comunicación en la mano.

– ¿Cómo van las cosas contigo, Kuina?

La chica se había quedado de guardia fuera de la oficina.

– Aguni sigue en su habitación, qué aburrimiento.

– Entonces seguiré con esto.

Chishiya retiró el cuadro de la pared y, efectivamente, ahí estaba una caja fuerte.

Sin sorprenderse, puso el código de antes (8022) y la caja abrió silenciosamente.

Dentro de la caja fuerte, había otra caja más pequeña en forma rectangular y de color negra, Chishiya la tomó.

– Oh, vaya, aquí está la verdadera caja. –Dijo con un tono de sorpresa falso–.

– ¿Para esto lo usaste? –Dijo a través del radio refiriéndose a Arisu–.

– Para obtener algo, debes perder algo.

– En serio, no me gustaría ser tu enemiga.

– Me lo dicen seguido.

Cuando abrió la caja, vio todas las cartas en su interior.

Se quedó observando el contenido sin expresión alguna, tenía un mal presentimiento, grande, cosa que no le pasaba muy seguido.

Negó con la cabeza antes de cerrar la caja fuerte y dejar el cuadro acomodado como antes.

Puso el radio cerca de sus labios para hablar.

– Ya puedes irte.

Unos segundos después, cuando salió de la oficina, todo el pasillo y los demás estaban demasiado silenciosos y solos, no sabía dónde estaban los demás.

Se dedicó a caminar para llegar a la salida del hotel, ya era momento de dejar todo atrás y eso lo inquietaba un poco.

Después de alrededor de 5 minutos, estuvo fuera del hotel logrando ver a Kuina a un lado de un poste de luz.

– Es hora de despedirse de esto. –Dijo en voz baja acercándose a la chica, la cual se miraba pensativa–.

– ¿No te sientes mal?

Shuntaro evitó la pregunta y solo se quedó callado mientras miraba a otro lado. Luego miró a Hikari.

– ¿No pensaste en traer a Ann?

𝘖𝘤𝘶𝘳𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 [♡︎༄] 𝘕𝘪𝘳𝘢𝘴𝘩𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora